Oportunidades de un empresario

EMPRESA es la unidad económica de producción.
En concreto, la empresa se puede definir como un conjunto de elementos organizados y coordinados por la dirección, orientados a la obtención de una serie de objetivos, actuando siempre bajo condiciones de riesgo. Otra definición podría se aquella que define la empresa como el conjunto de factores productivos (humanos, materiales, financieros y técnicos) organizados e impulsados por la dirección, que trata de alcanzar unos objetivos acordes con la finalidad asignada de forma previa.
Destacamos de esta última definición: Tienen OBJETIVOS. CONJUNTO DE FACTORES DE PRODUCCIÓN, diversos. DIRECCIÓN QUE ORGANIZA.

OBJETIVOS DE LA EMPRESA



Toda empresa, público o privada, tiene un objeto o finalidad, es decir, nace para hacer algo.
Este objeto empresarial determina los objetivos que establece la dirección.

EMPRESA PRIVADA


Rentabilidad: obtener rentas suficientes para remunerar a los capitales invertidos. Rentabilidad Económica. Ánimo de lucro.

EMPRESA PÚBLICA


Rentabilidad social. En la actualidad, deben intentar hacer compatible la rentabilidad económica y la rentabilidad social. 

OPTIMIZAR AL MÁXIMO SU CADENA DE VALOR



La cadena de valor hace referencia a la desagregación de las actividades básicas que es necesario realizar por la empresa para vender su producto.
Cada actividad incorpora una parte del valor añadido por la empresa y representa una parte del coste total.
Michael Porter propone un método de análisis de la cadena de valor en el que distingue entre actividades primarias, que son las que forman el proceso productivo básico de la empresa y su comercialización al cliente incluido el servicio postventa, y actividades de apoyo o actividades de soporte, que sirven de soporte para las actividades básicas al garantizar el normal funcionamiento de la empresa.
El análisis de la cadena de valor permite a la empresa identificar aquellas actividades que generan el máximo valor para la empresa y, por tanto, son clave para la obtención de sus resultados. El resto de las actividades, que generan menor valor, no son tan fundamentales para la empresa que, por tanto, se pueden plantear realizarlas internamente o subcontratarlas (OUTSOURCING).

ELEMENTOS DE LA EMPRESA


En toda empresa se pueden observar los siguientes elementos comunes:
• EL GRUPO HUMANO. En él se incluyen los trabajadores o empleados, los propietarios o accionistas de la empresa y los administradores o directivos. En las pequeñas empresas no se distingue entre estas dos últimas figuras, ya que el propietario es al mismo tiempo el que dirige la empresa. Además de estos participantes principales existen otros colectivos y agentes que también participan en la vida de la empresa (consumidores, proveedores, agentes financieros, etc.).
• EL PATRIMONIO o conjunto de bienes económicos de la empresa. En este conjunto, podemos distinguir entre aquellos que están ligados a la empresa de forma duradera y que representan su activo no corriente (edificios, maquinaria, herramientas, etc.) y aquellos otros bienes que están ligados al ciclo de producción de la empresa y que están continuamente cambiando, y que, por ello, constituyen su activo corriente (materias primas, productos terminados, dinero en bancos o en caja, etc.),
• LA ORGANIZACIÓN. Toda empresa necesita una organización que permita obtener de la forma más eficaz los objetivos que se pretenden alcanzar. Para ello, los directivos deben establecer con claridad cuáles son las tareas que hay que desarrollar, cómo se divide y se distribuye el trabajo entre las personas que las van a realizar, cuáles son las relaciones que deben existir entre ellas y cómo se fijan sus responsabilidades.
• EL ENTORNO O MARCO EXTERNO que rodea a la empresa, en el que influye y del que recibe influencias. Las empresas se ven influidas por las circunstancias legales, económicas, sociales, culturales y tecnológicas del medio en el que se desenvuelven. Pero también la empresa influye en el entorno, y debe cuidar los efectos que su actividad produce sobre la sociedad y el medio ambiente.

FUNCIONES DE LA EMPRESA


Para conseguir sus fines y alcanzar los objetivos marcados, las empresas deben realizar diferentes actividades que permanecen a lo largo del tiempo; estas actividades son el producto de una serie de funciones que realizan distintas áreas de la empresa, susceptibles de organizarse de formas diversas. Entre las funciones más comunes de las empresas podemos distinguir:
• FUNCION DE COMPRAS O DE APROVISIONAMIENTO de materias primas, de productos semiterminados o de productos terminados, según se trate de una empresa de fabricación o de distribución.
• FUNCION DE PRODUCCIÓN. Consiste en transformar las materias primas o los productos semiterminados en aquellos bienes que comercializa la empresa.
• FUNCION COMERCIAL O DE DISTRIBUCION. Toda empresa está dirigida al mercado que adquiere sus productos o servicios y proporciona las rentas que la hacen viable económicamente.
• FUNCION DE RECURSOS HUMANOS. Abarca todo lo relativo a la selección, gestión y administración del personal que presta sus servicios en la empresa. Esta función es imprescindible cualquiera que sea la actividad, ya que es inconcebible una empresa sin los recursos humanos que la hagan posible.
• FUNCION FINANCIERA. Toda empresa necesita fondos para pagar los gastos corrientes de su actividad y para adquirir los bienes que componen su activo, desde las mercancías con que comercia hasta los inmuebles donde desarrolla su actividad. La obtención y la diversificación de dichos fondos, a un coste que permita la rentabilidad de la organización, constituye la función financiera de la empresa.
• FUNCION DE INVESTIGACION Y DESARROLLO. A medida que aumenta la competencia entre las empresas, se otorga mayor importancia a la investigación, tanto tecnológica como comercial. No obstante, todavía existen numerosas empresas que conceden poca importancia a esta función, clave para el desarrollo futuro de estas organizaciones.

EL EMPRESARIO EN EL PENSAMIENTO ECONOMICO CLASICO



Durante mucho tiempo se identificó al empresario con el que aportaba el capital (propietario) y, consiguientemente, el beneficio se identificó con la recompensa por el capital aportado. Para los economistas clásicos (Adam Smith, David Ricardo y J. Stuart Mill), el empresario era el capitalista o propietario del negocio, quien lo dirigía personalmente y quien asumía el riesgo de su inversión.
Hasta mediados del siglo XIX los economistas no empezaron a diferenciar la figura del empresario de la del capitalista. Marshall (1890) fue uno de los primeros en hacerlo, y en este sentido realizó una aportación fundamental al asignar al empresario el papel de coordinar del proceso productivo, elevando la función empresarial a la categoría de cuarto factor de la producción, junto con la tierra, el trabajo y el capital. Para Marshall, el beneficio era la retribución que se obtenía por esta función de coordinación.

EL EMPRESARIO-RIESGO DE KNIGHT



En el siglo XX aparecen las modernas teorías del empresario. Una de las primeras aportaciones fue la de Knight (1921). Para este autor el riesgo es lo que define al verdadero empresario. La actividad empresarial supone anticipar y asegurar el pago de los factores productivos a cambio de unos hipotéticos ingresos futuros. Es decir, el empresario contrata los factores productivos a unos precios determinados, pagando por adelantado los costes de la empresa sin conocer cuáles van a ser los resultados.
El empresario no puede conocer los resultados porque la actividad empresarial comporta riesgos derivados de los cambios en la demanda que no pueden estimarse ni asegurarse. Si no conoce exactamente la demanda, la producción se realiza en función de previsiones que pueden ser acertadas o no. Si no acierta en sus previsiones, y los ingresos son mayores que los costes, conseguirá un beneficio, pero si su cálculo es erróneo, tendrá que soportar pérdidas. Para Knight, pues, la esencia de la actividad empresarial es la incertidumbre o ausencia de conocimiento sobre las consecuencias futuras de sus decisiones. El beneficio, por tanto, es el premio o recompensa por asumir ese riesgo.

EL EMPRESARIO INNOVADOR DE SCHUMPETER



Schumpeter (1942) propuso la concepción más original del empresario. Para este autor, ser empresario es ser innovador, es decir, ser capaz de lanzar un nuevo producto al mercado, iniciar un nuevo proceso industrial, etc.; esto le confiere una situación de monopolio temporal que le dará opción a recibir unos beneficios extraordinarios. A medida que otras empresas imiten esa innovación en el mercado, esos beneficios disminuirán.
La innovación constituye, por tanto, la esencia misma de la función empresarial, y el empresario es fundamental, ya que la innovación y el progreso técnico son los factores básicos del crecimiento de la economía. El beneficio se justifica como el premio o recompensa que percibe el empresario por haber sido capaz de aplicar una invención tecnológica a usos comerciales o industriales.

EL EMPRESARIO COMO TECNOESTRUCTURA DE GALBRAITH


Para John Galbraith (1967), las grandes corporaciones empresariales que existen en la actualidad son tan complejas que ya no pueden ser dirigidas por una sola persona, sino que requieren una forma de dirección colegiada que integre a profesionales expertos en las distintas áreas: economistas, ingenieros, abogados, etc. A este grupo dirigente es a lo que Galbraith llama TECNOESTRUCTURA que viene a constituir dentro de la empresa un nuevo centro de poder. Según esta concepción, en estas grandes empresas quien realiza el papel de empresario no es el propietario, sino este grupo de profesionales.
Como consecuencia de ello se produce un cierto conflicto en los objetivos empresariales: los accionistas persiguen la obtención de los mayores beneficios de sus inversión, mientras que los directivos poseen unos objetivos más amplios, económicos y de otro tipo: el crecimiento y la eficiencia de la empresa, sus propias metas profesionales (remuneración, seguridad, poder, prestigio), etc. Obviamente, si quieren mantener la confianza de los propietarios, deben asegurar unos beneficios suficientes y razonables para los accionistas.

EL EMPRESARIO DESCUBRIDOR DE OPORTUNIDADES



Kirzner (1973), por último, destaca que la esencia del empresario es su “estado de alerta”, que le permite descubrir en el mercado oportunidades no detectadas hasta entonces. Según este autor, una de las principales funciones del empresario está en intuir y aprovechar estas oportunidades.

EL EMPRESARIO ACTUAL



Hoy las empresas tienen que enfrentarse a un entorno caracterizado por su complejidad y dinamismo, como consecuencia de:
• El aumento de la dimensión de las empresas, cuya propiedad se diluye entre numerosos accionistas.
• Los rápidos cambios tecnológicos, sociológicos y culturales, con la consiguiente mayor complejidad de la actividad económica.
• La globalización de los mercados y el fuerte incremento de la competencia.
Estas circunstancias están favoreciendo un proceso de “profesionalización” del empresario, que se considera como un profesional de la dirección que planifica, organiza, dirige y controla la actividad empresarial, con independencia de que sea o no el propietario.
Especialmente en las grandes empresas, la propiedad está repartida entre una gran cantidad de accionistas y controlada por un Consejo de Administración. Este consejo suele delegar en un equipo de técnicos especialistas, que son los que realmente llevan la dirección de la empresa y que, con frecuencia, gozan de un poder superior al de los propietarios.
Por el contrario, en las pequeñas empresas, sobre todo en las de tipo familiar, la propiedad y la dirección suelen coincidir en la misma persona. En este caso, sí se podría identificar al empresario con el propietario, al coincidir las dos funciones en el mismo sujeto.
En resumen, hoy se considera al empresario como un profesional de la dirección (Galbraith), impulsor básico del desarrollo económico (Schumpeter) y descubridor de nuevas oportunidades (Kirzner). Aunque es el capitalista quien soporta el riesgo de perder su inversión, también es cierto que el empresario corre un riesgo profesional (Knight), ya que pone en juego su puesto de trabajo y su prestigio si la empresa no obtiene buenos resultados. Para todo ello, el liderazgo y la motivación del grupo humano aparecen también como claves de la actividad empresarial.

EL EMPRESARIO EN EL ORDENAMIENTO JURÍDICO ESPAÑOL


En el derecho laboral (artículo 1 del Estatuto de los Trabajadores) se define empresario:
“Todas las personas físicas o jurídicas o comunidades de bienes que reciban de forma voluntaria la prestación de servicios retribuidos de quienes trabajan por cuenta ajena y dentro de su ámbito de organización”.
En el Derecho Mercantil (dentro del Código de comercio) se define empresario como:
“Persona que en nombre propio desarrolla una actividad constitutiva de empresa, adquiriendo la titularidad de las obligaciones y derechos nacidos de la misma”.

EL ENTORNO DE LA EMPRESA



Uno de los componentes fundamentales de la empresa en el MARCO EXTERNO o ENTORNO en el que desarrolla su actividad. En este sentido, la empresa puede considerarse como un sistema abierto al medio en el que se desenvuelve, en el que influye y del que recibe influencias.
El entorno genérico de la empresa se refiere a todos aquellos factores externos a la misma pero que pueden tener una influencia sobre los resultados.
La empresa no puede controlar estos factores pero debe tenerlos en cuenta al desarrollar su estrategia.
La incertidumbre del entorno es uno de los principales problemas para la dirección de la empresa. Cuando el entorno es simple y estable es más fácil tomar decisiones porque se sabe lo que va a ocurrir en el futuro. Cuando es muy dinámico y complejo, sujeto a constantes cambios, es mucho más difícil acertar con las decisiones porque no se sabe cuáles van a ser sus posibles consecuencias

Dentro de este marco externo conviene distinguir:

ENTORNO GENERAL



El entorno general se refiere al marco global o conjunto de factores y circunstancias que afectan por igual a todas las empresas de una determinada sociedad o ámbito geográfico; por ejemplo, las empresas españolas en el año 2011. Un aumento de la renta disponible de los españoles o una nueva disposición sobre salarios mínimos afecta a todas las empresas españolas, independientemente de la actividad a la que se dediquen.
El entorno general se define por un amplio conjunto de factores que delimitan el marco en el que actúan las empresas y establecen las reglas del juego y las circunstancias en que las empresas se van a desenvolver. 
Para analizar el entorno general se utiliza el ANALISIS PEST, que consiste en considerar cuatro tipos de variables que empiezan con cada una de las letras de esta palabra: ⇒ Variables POLITICO-LEGALES. Incluyen los factores administrativos, normas y leyes que afectan a la empresa en el desarrollo de su actividad.
⇒ Variables ECONÓMICAS. Seguimiento de los indicadores económicos para conocer la evolución de la economía y ver cómo puede afectar a la actividad de la empresa.
⇒ Variables SOCIO-CULTURALES. Recoge los valores, creencias y actitudes de la colectividad a la cual se dirige la empresa, así como las condiciones demográficas y culturales de la sociedad.
⇒ Variables TECNOLÓGICAS. El marco científico y tecnológico que rodea a la empresa y que resulta muy importante para gestionar la innovación y evitar la obsolescencia de los productos.

ENTORNO ESPECÍFICO. EL SECTOR



Para todas las empresas hay un entorno general (PEST), es decir, el tipo de sociedad en la que desarrolla su actividad, que ejerce una influencia indirecta sobre las mismas, y un entorno específico, el SECTOR al que pertenece la empresa y que influye directamente en la misma.
Por SECTOR se entiende el conjunto de empresas que ofrecen un mismo producto o productos sustitutivos que satisfagan la misma necesidad. Por ejemplo, el sector del calzado, que engloba a todas las empresas que fabrican y venden calzado.
Del concepto de sector se deriva el de COMPETENCIA, pues dos empresas son competidoras cuando pertenecen al mismo sector, y esa rivalidad determina en muchos casos el resultado o beneficio de la empresa.
Allí por el año 1979, Michael E. Porter, el profesor de la universidad de Harvard elaboró sus cinco fuerzas, su análisis sobre las empresas en su entorno, que en su momento, revolucionó el análisis estratégico académico.
La cuestión fundamental estriba en determinar, en cada caso, el nivel de competencia realmente existente para determinar la presión competitiva que tienen que soportar los participantes de un sector.
El profesor Porter considera que, en cualquier sector industrial, las reglas de competencia están englobadas en cinco fuerzas competitivas:

1. AMENAZA DE NUEVOS INGRESOS DE POTENCIALES COMPETIDORES, es decir, de nuevas empresas que no pertenecen al sector y que tuvieran esperanzas de que los beneficios que puedan tener sean superiores a los costes de introducirse.
Esta amenaza puede ser reducida con BARRERAS DE ENTRADA (marcas, patentes, uso exclusivo de canales de distribución, etc.) o REPRESALIAS (disminuciones de precios, aumento de la publicidad, etc.).
2. AMENAZA DE PRODUCTOS SUSTITUTIVOS, pues limitarían los beneficios del sector. Esto se puede dar, en ocasiones, con actividades aparentemente sin relación como por ejemplo el sector hostelero (restaurantes) viene protestando por la emisión de partidos de fútbol los sábados por la tarde-noche.
3. RIVALIDAD INTERNA O DE LA COMPETENCIA ACTUAL. Hay sectores en los que la rivalidad interna entre las empresas del mismo es muy activa mientras que en otros está más estabilizada, según la estructura del mismo, número de empresas, costes, diferenciación de los productos, que el sector esté en expansión o contracción, que existan barreras de salida por necesitarse unas instalaciones muy especializadas, etc.
4. PODER DE NEGOCIACIÓN DE LOS CLIENTES. Dependerá del número de clientes y volúmenes de compras de los mismos, del grado de estandarización del producto.
5. PODER DE NEGOCIACIÓN DE LOS PROVEEDORES. Como en el caso de los clientes, depende de su número y estandarización del producto.

Otras variables de carácter más general que inciden en la lucha competitiva entre las empresas de un mismo sector son:
• GRADO DE CONCENTRACIÓN DEL SECTOR. Los sectores pueden ser: a) concentrados, cuando pocas empresas tienen una cuota alta de mercado; b) fragmentados, si existe un gran número de empresas pequeñas y medianas que no tiene ninguna una participación relevante en el mercado.
• TAMAÑO E IMPORTANCIA DEL SECTOR. Esta variable se define en función de la participación del sector en el PIB del país, o de su relevancia en otros aspectos de interés nacional. De esta forma, los sectores suelen clasificarse en: estratégicos (energía, defensa, aviación,…), básicos (alimentación, banca,…) y no básicos (el resto).
• GRADO DE MADUREZ DEL SECTOR. Esta variable depende del ciclo de vida del sector, clasificándose en función de la misma en emergentes o nuevos (tablet-pc), en crecimiento (cámaras digitales), maduros (alimentación) o en declive o en crisis (carbón).

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