Modelos de Servicios Públicos y Regímenes de Bienestar
Este documento aborda diferentes formas de modelizar los Servicios Públicos (PS) y los modelos de Estado de Bienestar (EB). Presentamos tres formas de modelizar los Servicios Públicos, a los que vamos a llamar: Primer, Segundo y Tercer Tipo.
Primer Tipo de Modelos de Servicios Públicos
Los Servicios Públicos se presentan bajo las siguientes perspectivas:
- Caridad
- Garantía del control social
- Mecanismo de reproducción social
- Realización del derecho social de ciudadanía
PS como Caridad
Es la forma más primaria y elemental, entendida con un abierto carácter caritativo y asistencial. Supone la intervención de poderes públicos en los que se incluyen los eclesiásticos. Intervienen por motivaciones ético-políticas en ayuda a la pobreza e indigencia. Su motivación es humanitaria, alejada de la idea de ciudadanía y de satisfacer necesidades. Posicionamiento filantrópico, alejado de estructuras económicas, sociales o políticas.
PS como Garantía del Control Social
Los Servicios Públicos son un instrumento para asegurar el control social, garantizando condiciones de vida para mantener el orden vigente, la paz y la integración social. Para Higgins (1980), es estabilizar la relación entre ámbitos productivo e improductivo de la sociedad sin poner en peligro la estabilidad del sistema. El Estado es el máximo garante del orden social. Este Estado está vinculado a clases dominantes aristocráticas o burguesas. Se trata de Servicios Públicos que satisfagan las necesidades mínimas de estratos poblacionales susceptibles de provocar una rebelión social. El componente ético es sustituido por un enfoque pragmático e interesado, de claras connotaciones clasistas.
PS como Mecanismo de Reproducción Social
Los Servicios Públicos buscarán reproducir las condiciones materiales de vida de la fuerza de trabajo, reproduciendo las relaciones de clase. Se trata de una concepción materialista de los Servicios Públicos. Según Orre, «el PS es la resolución estatal del problema de la transformación del no asalariado en asalariado».
PS como Realización del Derecho Social de Ciudadanía
Opera dentro del gran marco jurídico-político, alejada de reflexiones ideológicas. Implica una concepción global que contempla fuerzas y agentes sociales. Los Servicios Públicos están dirigidos a la totalidad de la sociedad.
Segundo Tipo de Modelos de Servicios Públicos (Criterios Alternativos)
Este tipo aborda otra forma de catalogar modelos de Servicios Públicos utilizando otros criterios:
Modelo Residual
Formulado a partir de que existen dos canales para canalizar y satisfacer necesidades: el mercado privado y la familia. Las instituciones sociales vinculadas a los Servicios Públicos deberían intervenir cuando fallase alguno de los dos. Se exige que su intervención sea solo de forma temporal. El verdadero objeto del Estado de Bienestar es enseñar a la gente a hacer frente a sus problemas.
Modelo Adquisitivo-Ejecutivo
Las necesidades deben ser satisfechas sobre la base del mérito, de la capacidad ejecutiva. Las instituciones sociales de Servicios Públicos deberían edificarse como meros auxiliares de las instituciones del sistema económico. Los Servicios Públicos propician bienestar y seguridad solo en la medida en que esto contribuya a la riqueza común. Este modelo se asienta en una teoría psicológica y económica interesada en el incentivo, el esfuerzo y la recompensa.
Modelo Institucional-Redistributivo
Considera el Bienestar Social como un valor de máximo relieve que debe ser asegurado contando con el apoyo de una institución integrada en la sociedad. Es un servicio universal al margen del mercado y sobre la base del principio de necesidad. El gran objetivo es la igualdad social. Incorpora sistemas de redistribución específicos y busca compensar a sujetos que se convierten en víctimas del ‘dis-welfare’.
Modelo Total
Pretende eliminar criterios de asignación que no sean el puro bienestar. Considera necesaria una programación pública o social de intervención para atender necesidades socialmente legítimas. La mejor referencia de este modelo se encuentra en el casi extinto socialismo real.
Tipologías de Regímenes de Bienestar (Estado de Bienestar)
Los Tres Grandes Pilares y Regímenes Principales
Los tres grandes pilares del Estado de Bienestar son el mercado de trabajo, la familia y el estado. Existen tres regímenes de bienestar principales:
Régimen Liberal
Régimen por excelencia de países anglosajones: Reino Unido, Irlanda, EEUU, Canadá, Australia y Nueva Zelanda. Surgen a la par que el capitalismo de los años 20 y 30. Su filosofía es la de la mínima expresión del Estado, la privatización. Sus Servicios Públicos tienen carácter residual y van dirigidos a grupos desamparados. Tiene una orientación pro-mercado. Se da un claro dualismo: individuos que están dentro del mercado (autosuficientes) y los que se quedan a expensas de la Asistencia Social.
Régimen Continental
Propio de Europa continental (Francia, Alemania, Austria), mediterránea (Italia, España, Portugal, Grecia) y Japón. Se caracteriza por una mezcla de familiarismo y división por estatus en muchas de las provisiones sociales. La provisión de bienestar por parte del sector privado es reducida. La apuesta por la familia se orienta al cabeza de familia, excluido del mercado. Al igual que el régimen liberal, prescinde de políticas de bienestar activas, instrumento usado en el régimen social-demócrata con éxito.
Régimen Social-Demócrata
Antagónico al liberal y familiarista. Propio de países nórdicos como Dinamarca, Noruega o Suecia desde finales de los años 30 y principios de los 40. Su característica principal es que es Universalista. La gestión de riesgos sociales mediante Servicios Públicos se diseña para cubrir a toda la población, no solo a grupos de exclusión. Se compromete a dar cobertura de riesgos y subsidios suficientes a la población que lo necesite para asegurarles ingresos dignos. Tiene un sentido extenso de Igualdad. Buscan reducir la dependencia de los ingresos individuales del mercado y apoyar nuevos modelos de familia. Abogan por medidas que hagan más compatible la incorporación de la mujer al mercado laboral y el cuidado de los hijos. Todo el mundo goza de iguales derechos y ayudas independientemente de su nivel de renta. La totalidad de la sociedad dispone de recursos para trabajar o se le motiva.
Regímenes Particulares
Tres regímenes asociados a casos muy particulares que no son fácilmente clasificables dentro de las tres categorías antes analizadas:
Antípodas (Australia y Nueva Zelanda)
Estructuras muy similares al régimen liberal, pero por otro lado, con un mercado de trabajo que garantiza igualitarismo y derechos con muchas similitudes con sistemas más socialdemócratas. Estas economías han ido perdiendo rasgos social-demócratas a favor de otros más liberales.
Mediterráneo (Italia, España, Portugal, Grecia)
Programas de asistencia social suelen tener un objetivo relacionado con la captación de votantes, de ahí la importancia de la generosidad de las pensiones de invalidez o de los empleos públicos, especialmente usados por clases políticas demócrata-cristianas. Corporativismo y papel primordial de la familia son rasgos principales.
Japonés
Composición de régimen conservador y liberal. Tiene la característica de prestaciones sociales residuales del régimen liberal y también corporativismo en el mercado de trabajo, bastante regulado.
El Papel de la Familia, el Mercado y el Estado en los Regímenes de Bienestar
La Familia en los Regímenes de Bienestar
La familia en los regímenes de bienestar es pieza clave, centro de decisiones y de gestión y absorción de riesgos individuales y sociales. El Estado de Bienestar o el mercado están desempeñando funciones que se le venían atribuyendo a la familia. Los sistemas familiaristas no deben entenderse como aquellos donde se favorece a esa institución, sino en los que muchas responsabilidades de protección frente a riesgos se sobreentienden asumidas en el seno de las familias. En la mayoría de modelos de bienestar, para ayudar a la familia en sus funciones, es suficiente con alguna transferencia. Los servicios del mercado están sobrevalorados y suponen escaso crecimiento productivo a largo plazo. El grado de desfamiliarización se puede medir mediante el volumen de servicios familiares, el de subvenciones a familias con hijos, el de servicios públicos para la infancia y los ancianos.
Mercado de Trabajo y Estado de Bienestar
En el régimen liberal o pro-mercado, el sindicalismo es débil y descentralizado. Tiene un carácter residual que acentúa la estratificación de clases que origina el funcionamiento del mercado. Este modelo conservador tiene un sistema de Seguridad Social muy estratificado y sobreprotege al del empleo fijo, dejando fuera a quienes no lo tienen. Los modelos nórdicos tienen una distribución más igualitaria de recursos sociales a través de programas de subsidios y servicios públicos universales. Los modelos nórdicos producen segmentación del mercado de trabajo (en determinados sectores, especialmente el terciario, donde predominan mujeres). Los regímenes de bienestar determinan el funcionamiento y la evolución de los mercados laborales. Estamos interesados en las prestaciones sociales por desempleo, el salario mínimo y los costes de despido: derechos laborales que configuran el marco regulador del mercado de trabajo:
- En países liberales, las prestaciones sociales son bajas con alta flexibilidad de sus mercados de trabajo.
- Los social-demócratas son flexibles y generosos en cuanto a prestaciones sociales.
- En el régimen conservador, las prestaciones son generosas pero los mercados son mucho más rígidos.
El régimen social-demócrata es el único capaz de garantizar derechos universales para el trabajador y un mercado flexible para absorber excedentes de mano de obra. Las economías post-industriales están muy marcadas por dos fenómenos: la globalización y el cambio tecnológico, y el de su terciarización. La globalización hace que los trabajadores menos cualificados se vean arrojados a un mercado de trabajo menos protegido y cada vez más mundial. El cambio tecnológico trae una caída en la demanda de trabajo poco cualificado. La terciarización, a pesar de la tecnología, genera empleos de baja cualificación y remuneración. Esto no es así en los modelos nórdicos a pesar de su terciarización. La terciarización de las economías post-industriales entraña un peligro: a largo plazo, el sector terciario tiene dificultades para innovar con incrementos de productividad mucho menores que el sector industrial (el coste de Baumol). Esto puede darse de tres maneras: a) dejar que los costes laborales se ajusten a los diferenciales de productividad, con el riesgo de caer en equilibrios de salarios bajos; b) dejar que los salarios en el sector servicios crezcan al mismo ritmo que en el resto de sectores (lo más frecuente); c) integrar los servicios en el Estado de Bienestar mediante su producción directa o la subvención de su precio al consumidor, lo que ocurre en países socialdemócratas. Un sindicalismo fuerte pero desorganizado y descentralizado da lugar a presiones salariales y desigualdades (Francia y Alemania). Estructuras sindicales muy debilitadas son origen de desigualdades en el mercado laboral (Gran Bretaña o EEUU). Cuando los sindicatos tienen poder, están coordinados y centralizados, el resultado puede ser una distribución salarial más igualitaria (Países social-demócratas). La terciarización, la caída de la demanda de trabajadores poco cualificados, la masiva incorporación de la mujer al mercado de trabajo… son poco compatibles con el proteccionismo y/o la rigidez del mercado laboral. Hay que ganar flexibilidad en este mercado porque también hay muchas rigideces, tales como:
- El nivel de salario de reserva desincentiva el empleo; sin embargo, en países que lo aplican, el paro es bajísimo.
- La regulación salarial importa la proporción de trabajadores que reciben salarios bajos, diferencia mayor en regímenes liberales que conservadores o social-demócratas. Un aumento del salario mínimo acabaría generando más empleo.
- La protección laboral suele tener un impacto negativo en los mercados de trabajo, ya que aumentan su rigidez; dependerá mucho del régimen en el cual se desarrollen.
Desmercantilización
La Desmercantilización implica que el estado garantiza niveles mínimos de bienestar (recursos) independientemente de la participación del individuo en el mercado de trabajo. Ha recibido duras críticas: presupone que los individuos ya están de facto en el mercado, con lo que garantizar derechos mínimos a agentes mercantilizados puede dejar de lado a grupos excluidos. Los liberales son mercantilistas, apuestan por el mercado como mecanismo prioritario de producción de bienestar. Los regímenes continental y meridional presentan un buen nivel de desmercantilización unida al familiarismo. Encontramos signos de desmercantilización del cabeza de familia, que es el que generalmente se encuentra en el mercado de trabajo. Esto implica un efecto claro de fomento de la figura de la familia. En los regímenes social-demócratas, el principio de desmercantilización se aplica en la teoría de manera mucho más amplia o universal. Se hace especial hincapié en la independencia y autonomía económica a nivel individual.