Evaluación Ambiental del Ciclo de Vida de Productos: Metodología y Beneficios

Evaluación del Ciclo de Vida del Producto

1. Introducción al Ciclo de Vida del Producto

El ciclo de vida de un producto es el conjunto de etapas de la vida útil del producto, desde la extracción de la materia prima, pasando por la producción, comercialización, utilización y gestión de residuos.

Fases del Ciclo de Vida

  1. Materias primas: En esta etapa se incluyen las actividades necesarias para la adquisición de las materias primas y la energía consumida hasta llegar al inicio de la fabricación del producto.

  2. Producción: Engloba las acciones que tienen lugar desde que la materia prima se introduce en el proceso de fabricación hasta que se obtiene el producto final.

  3. Comercialización: Incluye la distribución del producto, desde su salida de fábrica hasta el usuario final, y el transporte entre las distintas operaciones que se realizan en el ciclo de vida.

  4. Utilización: Incluye la llegada del producto al usuario final y los distintos usos que pueden hacerse de ese producto hasta que dejamos de usarlo y es destinado a un sistema de gestión de residuos.

  5. Gestión de residuos: En esta fase se abarcan todas las actividades implicadas en la recogida, tratamientos de residuos (y reciclados si procede), hasta que son enviados a su destino final o introducidos en un proceso productivo si se han reciclado.

A lo largo de todo el ciclo de vida de un producto, inevitablemente se produce un impacto en el medio ambiente. Existen diferentes herramientas que permiten evaluar ambientalmente un producto, consiguiendo de esta manera reducir su impacto.

De todas ellas, el ACV (Análisis del Ciclo de Vida) es la más completa y potente, permitiendo evaluar y valorar los impactos ambientales de un producto a lo largo de su vida. Se puede resumir en la famosa frase «de la cuna a la tumba», para posteriormente poder tomar las decisiones más adecuadas a la finalidad de nuestro estudio.

2. Metodología del ACV

De acuerdo con la norma ISO 14040, podemos distinguir cuatro fases:

  1. Definición de objetivos y alcance del estudio: En esta etapa se definirán los propósitos que se quieren conseguir y su aplicación (es decir, para qué se realiza el estudio).

  2. Análisis del inventario: Esta etapa consiste en la recopilación de un inventario de entradas (materias primas y energía) y de salidas (emisiones contaminantes, residuos y perjuicios a ecosistemas) que son relevantes para el producto o actividad objeto de estudio.

  3. Evaluación del impacto: En esta fase se analizan los potenciales impactos medioambientales generados como consecuencia de las entradas y salidas descritas en el apartado anterior.

  4. Interpretación de los resultados: Se interpretan en esta fase los resultados de las dos anteriores de acuerdo a los fines que se pretenden lograr en el ACV.

Las fases 1 y 4 se consideran estáticas, y la 2 y 3 se consideran dinámicas porque en ellas se recopilan y evalúan los datos. A partir de los resultados de una fase pueden reconsiderarse las hipótesis de la fase anterior y reconducirla hacia el camino que ofrezca el nuevo conocimiento adquirido.

El ACV es, por tanto, un proceso que se alimenta y enriquece a medida que se realiza.

3. Estructura del ACV y Normativa ISO

Hay autores que representan la estructura del ACV como una casa con cuatro habitaciones principales que estarían representadas por las normas ISO 14040, ISO 14041, ISO 14042 e ISO 14043.

La norma ISO 14040 es donde se encuentran los principios generales y se establecen los fundamentos de la evaluación del ciclo de vida. Es decir, el marco metodológico, y se explica brevemente cada una de las fases, la preparación del informe y el proceso de revisión crítica. En las tres normas restantes se explican de forma detallada cada una de las fases del ACV.

4. Estrategias de Mejora Ambiental

A continuación, describimos los tipos de estrategia de mejora ambiental que se pueden realizar en las diferentes fases del ciclo de vida de un producto:

Estrategias por Fase

  • Materias primas: En esta fase el objetivo será la utilización de materiales menos impactantes. Es decir, utilizar materias primas renovables (aquellas que se regeneran más rápido de lo que se consumen), materiales reciclables, materiales reciclados, y materiales que para su fabricación necesiten un bajo contenido energético.

  • Producción: En la producción se intentará realizar una producción limpia, usando energías renovables, ahorrando energía, reduciendo el consumo de recursos y disminuyendo las emisiones contaminantes.

  • Comercialización: En esta fase se va a tener en cuenta lo que se puede realizar en la distribución del producto, como puede ser la reducción del consumo de energía, el rediseño de la logística, y utilizar nuevos combustibles que sean más respetuosos con el medio ambiente.

    Cómo tratar con los envases: se puede lograr una reducción de peso y volumen en los envases gestionados mediante esta distribución.

  • Utilización: Las estrategias de mejora ambiental en la fase de uso de los productos incluyen el uso de energías renovables, la minimización del consumo energético, y asegurar que los productos sean duraderos y resistentes.

  • Gestión de residuos: Se intentará minimizar el impacto final en la emisión de residuos con las siguientes estrategias: reutilización de componentes, fácil desmontaje y el reciclaje de materiales.

5. Beneficios del ACV

Los beneficios que tiene una empresa al realizar la evaluación del ciclo de vida de su producto o servicio son los siguientes:

  1. Conocimiento del comportamiento ambiental: La evaluación del ciclo de vida realizado con los procedimientos estipulados en la serie de normas ISO 14040 es una herramienta de gestión ambiental que permite conocer con bastante detalle los efectos que un producto o servicio causan al medio ambiente.

  2. Reducción del impacto ambiental: A partir de este conocimiento adquirido, se pueden utilizar estrategias de mejora ambiental y, si es necesario, modificar un producto o servicio para hacerlo más eficiente en cuanto a su desempeño ambiental.

  3. Ahorro de costes: El ACV puede ser útil para bajar los costes de un producto o servicio.

  4. Facilita la obtención de sellos ambientales o etiquetas ecológicas: Algunas etiquetas ecológicas, como la de AENOR (Asociación Española de Normalización y Certificación) o la Unión Europea, usan el ACV para establecer sus criterios de certificación.

6. Conclusión

Podemos decir que el ACV no solo es un instrumento para proteger el medio ambiente y conservar los recursos naturales, sino que también es un instrumento empresarial para reducir costes y mejorar las condiciones en el mercado.

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