2.5 Diferentes Alternativas ante la Problemática Ambiental
a) La Explotación Incontrolada
La explotación incontrolada se basa en la generación de riqueza y bienes de consumo que promueven un crecimiento económico o desarrollo económico sin tener en cuenta el deterioro del medio natural. Es decir, se basa en la consideración del sistema económico al margen del sistema ecológico. En este sistema, se suponen unos flujos de entrada materiales y combustibles fósiles ilimitados. Muchos son no renovables, por lo que se pueden llegar a agotar. Su extracción produce graves impactos ambientales, ya que sus reservas son cada vez más difíciles de acceder. Se liberan muchos residuos y se producen otros impactos ambientales. Se denominan costes ocultos o insumos a unos gastos ambientales que no se suelen contabilizar en el precio de los productos y que provocan efectos nocivos en el medio ambiente, en la sociedad o en la salud. Todas las soluciones que proponen aquellos que pretenden seguir con este tipo de política se basan en la creencia de que los avances tecnológicos que aparezcan en un futuro podrán impulsar la búsqueda de nuevas fuentes de recursos, lo que permitirá continuar su explotación.
b) Conservacionismo a Ultranza
El mundo comenzó a tomar conciencia del precio que estábamos pagando por el progreso económico, lo que se concretó en la Conferencia de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente en Estocolmo en 1972. Se abrió una pequeña brecha entre los países: los industrializados o ricos (Norte) y los no industrializados o pobres (Sur). Estos últimos proporcionaban materias primas necesarias en la fabricación y compraban los productos manufacturados al Norte. A los países ricos (o desarrollados) les preocupaba la contaminación debida a su industrialización y habían empezado a valorar que el ambiente natural favorece la salud. Habían comenzado a dudar de los dos postulados: la omnipotencia del ser humano (capaz de solucionar cualquier problema) y la idea de la omnipotencia de la naturaleza (que es indestructible y capaz de asumir cualquier impacto). A los países pobres les interesaba desarrollarse económicamente para erradicar la pobreza de su población y paliar su ruina económica. Esta divergencia se puso de manifiesto en las soluciones propuestas por cada uno de ellos. Los industrializados propusieron detener el desarrollo, es decir, el conservacionismo a ultranza, para evitar daños en el entorno, proteger el medio ambiente, evitar la superpoblación y el agotamiento de recursos.
Medidas fáciles para ellos, que habían alcanzado unas elevadas cotas de desarrollo. A los países pobres, que luchaban por conseguir los recursos básicos con los que mantener a su ingente población, demandaban para sus países un desarrollo económico como el del Norte. El conservacionismo a ultranza no convence prácticamente a nadie.
c) Desarrollo Sostenible
Se trata de adoptar unos nuevos modos de vida y un nuevo estilo económico que respete el medio natural y evite el deterioro del sistema ecológico. El desarrollo sostenible o sostenibilidad se define como la actividad económica que satisface las necesidades de la generación presente sin afectar la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer sus propias necesidades.
La sostenibilidad ha de lograr tres niveles:
- Sostenibilidad económica: implica el crecimiento industrial, el crecimiento agrícola, el rendimiento financiero.
- Sostenibilidad ecológica: implica aire y agua limpios, conservación de los recursos naturales, de la integridad de los ecosistemas y de la diversidad biológica.
- Sostenibilidad social: implica el beneficio público, la equidad laboral, la preservación de las culturas y la salud de los seres humanos.
Los países ricos se comprometieron a reducir su consumo energético y la contaminación, y a destinar un 0,7% de su Producto Interior Bruto a propiciar un desarrollo sostenible en el Sur. Este, habría de proteger sus bosques y propiciar su desarrollo sostenible con la financiación aportada por el Norte, que se ha visto reducida a la mitad.
El desarrollo sostenible se basa en mantener un sistema económico perdurable en el tiempo, en el que se mantenga la posibilidad de obtener indefinidamente los recursos naturales y en la capacidad del aire, del agua y del suelo para deshacerse de los residuos emitidos. Los principios para alcanzar el desarrollo sostenible son:
- Principio de recolección sostenible: para que el uso de un recurso potencialmente renovable sea sostenible, la tasa de consumo de dicho recurso ha de ser igual o inferior a su tasa de renovación.
- Principio de vaciado sostenible: para que la explotación de un recurso no renovable sea sostenible, su tasa de vaciado por consumo ha de ser igual o inferior a la tasa de creación de nuevos recursos renovables que puedan sustituirlos cuando se agoten.
- Principio de la emisión sostenible: la tasa de emisión de contaminantes ha de ser inferior a la capacidad de asimilación o reciclado llevada a cabo por parte del entorno.
Los tres primeros principios son las reglas de Herman Daly.