Fallas de Mercado y la Intervención del Estado en la Economía

Bienes Públicos y la Intervención Estatal

Las características de los bienes públicos puros son:

  • No exclusión: Una vez provisto el bien, no se puede impedir que una persona acceda a sus beneficios. No se puede cobrar un precio por su uso, y por lo tanto, no hay mercado posible. Ejemplos: el alumbrado público en una avenida o la defensa contra inundaciones.
  • Consumo no rival (o consumo conjunto): El uso del bien por parte de una persona no perjudica a las otras ni aumenta los costos. Aunque fuera posible excluir a alguien del beneficio del bien, no sería socialmente eficiente, ya que el uso por parte de una persona adicional implica mayores beneficios para la sociedad sin incurrir en costos adicionales.

Si los beneficios sociales son mayores que los costos sociales, el Estado debe realizar la provisión de estos bienes, ya que el mercado por sí solo no la resolverá.

El Monopolio y su Regulación

En algunos casos, producir pocas unidades tiene un costo relativamente alto (generalmente, por la necesidad de realizar fuertes inversiones iniciales); sin embargo, el costo medio baja a medida que aumenta el tamaño de producción. Por ejemplo, en una red de agua potable, las obras de toma, la planta potabilizadora y la red se hacen viables si esos costos fijos se distribuyen entre muchos usuarios.

La producción presenta economías de escala (el costo unitario es menor cuanto mayor es la escala de producción). Por lo tanto, si el tamaño del mercado es menor que el tamaño óptimo de producción (el nivel en el cual los costos medios se minimizan), lo más eficiente es que haya un solo productor.

Una empresa grande puede fijar un precio mayor que sus costos medios, pero menor que los costos medios de empresas más pequeñas, dejándolas fuera de competencia.

Una vez consolidado el monopolio, si busca maximizar sus beneficios, aprovechará la falta de competencia para establecer un precio más alto de lo que sería conveniente para la sociedad. En consecuencia, la cantidad producida será menor. Esto tiene consecuencias negativas tanto por cuestiones distributivas como de eficiencia.

  • Si el monopolio es consecuencia de las características del bien (un “monopolio natural”), el Estado podría:
    1. Regular el monopolio, imponiendo un precio máximo.
    2. Estatizar el monopolio.

Si el monopolio no es “natural”, el Estado podría intentar facilitar la competencia (por ejemplo, con regulaciones antimonopolio).

Externalidades Negativas: Impacto y Soluciones Estatales

Las externalidades negativas son efectos externos al mercado. Se refieren a perjuicios o daños que recaen sobre terceros y que no se reflejan en el precio de mercado, ya que el productor o vendedor no asume ese costo. Un ejemplo claro es la contaminación atmosférica generada por el cigarrillo.

  • De esta forma, los costos sociales de producir la última unidad del bien (suma de los costos de producción y las externalidades) son mayores que los beneficios (que se reflejan en el precio que pagan los compradores). Para la sociedad, sería mejor que la producción disminuyera.
  • El Estado podría intervenir de las siguientes maneras:
    1. Regular la actividad con externalidades negativas, obligando a reducirlas.
    2. Establecer un impuesto a esa actividad que refleje el costo de la externalidad.
    3. Tomar control de la producción (estatizarla) para asegurar que los intereses del conjunto de la sociedad sean tomados en cuenta.

Externalidades Positivas: Beneficios Sociales y Rol del Estado

Las externalidades positivas son beneficios que recibe quien no participa directamente en la decisión de producción o consumo, pero que de alguna manera se ve favorecido. Un ejemplo claro es una vacuna: en la medida en que una persona se vacuna y no transmite la enfermedad, se beneficia al conjunto de la sociedad. Incluso puede haber personas que no se vacunen, pero que igualmente se vean beneficiadas por la inmunidad de rebaño generada por el resto de la población vacunada.

  • Además de obligar, la acción del Estado también puede modificar los costos, induciendo a conductas socialmente convenientes; por ejemplo, subsidiando a las personas que se queden en su casa (reconociendo así el beneficio que eso representa para las demás).

En este caso, a diferencia de las externalidades negativas, es habitual que el Estado se haga cargo de la provisión de los bienes o fomente su consumo. Un ejemplo importante es el sistema educativo, donde el Estado no solo regula y subsidia gran parte de la actividad privada, sino que también se encarga de proveer la mayor parte del servicio educativo. La educación genera externalidades de tipo económico y de socialización. Económicamente, una sociedad más educada ofrece más oportunidades para todos. En cuanto a la socialización, beneficia a la sociedad en su conjunto al promover una base de conocimiento y valores compartidos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *