Gestión Económica de Bienes Públicos: Provisión, Racionamiento y Demanda

Bienes Privados Provistos Públicamente

Los bienes suministrados por el Estado cuyo coste marginal de suministrarlos a más personas es alto se denominan bienes privados suministrados por el Estado. Aunque el coste de administrar un mercado constituye uno de los argumentos a favor de la provisión pública de algunos de estos bienes, no es el único y ni siquiera el más importante. La educación es un bien privado suministrado por el Estado en el sentido antes definido: si el número de estudiantes matriculados se duplica, los costes se duplican aproximadamente (suponiendo que la calidad, reflejada en el número de alumnos por aula, en los gastos en profesores y en libros, etc., no varían). Una de las explicaciones que suelen darse en favor de la provisión pública de la educación está relacionada con consideraciones distributivas; muchos piensan que las oportunidades de los jóvenes no deben depender de la riqueza de sus padres.

A veces, cuando el Estado suministra un bien privado (como el agua), permite simplemente a los individuos consumir tanta como deseen sin coste alguno. Recuérdese que en el caso de estos bienes, cada unidad consumida tiene un coste marginal. Cuesta dinero purificar el agua y llevarla desde la fuente hasta la casa de una persona. Si un bien privado se suministra gratuitamente, es probable que su consumo sea excesivo. El consumidor, como no tiene que pagarlo, demanda hasta el punto en el que el beneficio marginal que le proporciona es cero, a pesar de que su provisión tenga un coste marginal real. En algunos casos, como el del agua, es posible que el consumidor se sacie rápidamente, por lo que la distorsión puede no ser demasiado grande. En otros, como la demanda de determinados tipos de servicios médicos, la distorsión puede ser muy grande. La pérdida de bienestar, representada por el triángulo sombreado, puede medirse por la diferencia entre lo que el consumidor está dispuesto a pagar tanto por el incremento de la producción de Qe (donde el precio es igual al coste marginal) a Qm (donde el precio es igual a cero), como por los costes de dicho incremento.

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Racionamiento de Bienes Provistos Públicamente

El racionamiento de bienes provistos públicamente es crucial para gestionar su consumo eficiente. A continuación, se presentan los métodos más comunes:

1. Tasas por el Uso

  • Ventaja: Los que se benefician soportan los costes.
  • Desventajas:
    • Provocan subconsumo.
    • La administración del sistema de precios aumenta los costes de transacción.

2. Provisión Uniforme

  • Ventaja: Ahorra costes de transacción.
  • Desventajas: Lleva a algunos a consumir poco y a otros a consumir en exceso.

3. Colas

Aquellos cuya demanda es alta pueden complementar el consumo público, elevando los costes totales de transacción.

  • Ventaja: Los bienes (como la asistencia sanitaria) no se asignan necesariamente a quien es más rico.
  • Desventajas:
    • El otro criterio de asignación (quien puede perder el tiempo) puede no ser deseable.
    • Se pierde tiempo.

Curvas de Demanda de Bienes Públicos

Los individuos no compran bienes públicos directamente. Sin embargo, cabe preguntar cuánto demandarían si tuvieran que pagar una determinada cantidad por cada unidad adicional del bien público. No se trata de una pregunta totalmente hipotética, ya que cuando aumenta el gasto destinado a bienes públicos, también aumentan los impuestos que pagan los individuos. La cantidad adicional que paga una persona por cada unidad adicional del bien público es su precio en impuestos.

En este contexto, supondremos que el Gobierno goza de discreción para cobrar a cada individuo un precio en impuestos distinto. Supongamos que el precio en impuestos del individuo es p, es decir, que por cada euro de gasto público, debe pagar p. En este caso, la cantidad total que puede pagar, su restricción presupuestaria, es:

c + pC = Y

Donde c es el consumo de bienes privados, C es la cantidad total de bienes públicos suministrados e Y es su renta. La restricción presupuestaria, representada en la figura mediante la línea BB, muestra las combinaciones de bienes (en este caso, los bienes públicos y privados) que puede comprar el individuo, dada su renta y su precio en impuestos. A lo largo de la restricción presupuestaria, si el gasto público es más bajo, evidentemente el consumo de bienes privados es mayor.

El individuo desea obtener el nivel máximo de utilidad que sea compatible con su restricción presupuestaria. En la figura también se representan sus curvas de indiferencia entre los bienes públicos y los privados, que indican que está dispuesto a renunciar a algunos bienes privados si obtiene más bienes públicos. La cantidad de bienes privados a la que está dispuesto a renunciar para obtener una unidad más de bienes públicos es su relación marginal de sustitución. Al recibir más bienes públicos (y tener menos bienes privados), es menor la cantidad de bienes privados a la que está dispuesto a renunciar para obtener una unidad adicional de bienes públicos, es decir, tiene una relación marginal de sustitución decreciente. Gráficamente, la relación marginal de sustitución es la pendiente de la curva de indiferencia. Por lo tanto, a medida que el individuo consume más bienes públicos y menos bienes privados, la curva de indiferencia va haciéndose cada vez más plana.

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