Clasificacion de los bienes por su abundancia

LA NECESIDAD DE ELEGIR

La actividad económica surge precisamente para superar el problema de la escasez de recursos. La imposibilidad de obtener todo lo que deseamos nos obliga a elegir qué bienes y servicios se van a producir y en que cantidades, es decir, debemos decidir a que necesidades vamos a dedicar nuestros recursos y cuáles vamos a dejar insatisfecha.

Los responsables de elegir son los agentes económicos, es decir, los protagonistas de la economía en sus decisiones diarias:


-Las familias y los individuos

Con unos ingresos limitados, tendrán que elegir, por ejemplo, entre disfrutar de más vacaciones o reformar la vivienda, entre un nuevo ordenador o una bicicleta, si dedicar más tiempo al trabajo o al ocio, etc.


-Las empresas

Deciden qué producir, y cuántos trabajadores y equipos utilizar para ello, teniendo en cuenta que disponen de un capital limitado.


-El Estado, las comunicaciones autónomas y los Ayuntamientos

Con el presupuesto de que disponen, deberán decidir si lo emplean en más hospitales o en más carreteras, en más becas o en una mejora de las pensiones, etc.

NECESIDADES PRIMARIAS Y SECUNDARIAS

No todas las necesidades que experimentemos tienen el mismo carácter. Por una parte existen las que son comunes a cualquier ser humano, tales como alimentarse, vestirse y tener una vivienda. Son las llamadas necesidades básicas o primarias, aquellas que es imprescindible satisfacer  para poder sobrevivir. El bienestar humano no consiste en la mera supervivencia, sino en el desarrollo integral (económico, social y cultural) de la persona.

Aparte de las básicas, el ser humano, como ser social, tiene otro tipo de necesidades cada vez más evolucionadas, como el ocio, la comunicación, etc. Estas necesidades secundarias, que surgen con la evolución y el desarrollo de la sociedad, tienden a aumentar el nivel de satisfacción y bienestar del individuo.

CLASIFICACION DE LOS BIENES Y SERVICIOS


-Según su escasez o abundancia, los bienes económicos son aquellos que además de ser útiles, no se hallan disponibles de forma libre en la naturaleza. Es decir, hay que transformarlos  para que sirvan a las necesidades humanas. Son bienes escasos y su obtención requiere un esfuerzo. Por su parte, los bienes no económicos, también denominados bienes libres o gratuitos, son abundantes y están disponibles sin esfuerzo económico.


-Según su función, los bienes económicos se pueden clasificar en bienes de consumo, que sirven para satisfacer directamente una necesidad y bienes de producción o de capital, que no procuran una satisfacción inmediata, pero sirven para producir  otros bienes.

En los bienes de consumo, podemos distinguir entre bienes duraderos, que nos permiten un uso prolongado en el tiempo y bienes perecederos o de consumo inmediato, que desaparecen una vez consumidos.


-Según su grado de elaboración, están los bienes intermedios, que son los que requieren una transformación para llegar a ser bienes finales o bienes que son aptos para el consumo.


-Según la relación que mantienen entre sí, los bienes complementarios son aquellos que es necesario consumir conjuntamente, mientras que los bienes sustitutivos son aquellos que satisfacen una misma necesidad.


-Según la forma que se accede a ellos, están los bienes públicos, que son aquellos que pertenecen a la sociedad y de cuyo consumo no es excluye a nadie, y los bienes privados, que son los que pertenecen a una persona en particular.

LA TIERRA

Los recursos naturales se clasifican en renovables y no renovables.


-Renovables

Son aquellos cuyo uso no los agota. Los ejemplos más claros son el sol o el viento, utilizados para generar energía sin que su fuente se desgaste.


-No renovables

Son aquellos que se agotan cuando los utilizamos muchos. Muchos de los recursos naturales que utilizamos son de esta clase, especialmente los mineros. Una vez extraídos y utilizados no podemos volver a tenerlos: el petróleo, el cobre, el carbón, etc.


-Mixtos

Hay algunos bienes que podemos clasificar así en la medida en que su uso los agota, pero una explotación razonable y una gestión sostenible nos permiten disponer de ellos sin límite de tiempo. Nos estamos refiriendo, por ejemplo a la madera.

El TRABAJO

Para realizar cualquier actividad económica necesitamos la intervención humana.
La forma más tradicional del trabajo ha sido el trabajo manual, es decir, aquel en que la producción depende directamente de nuestra intervención física sobre los productos que tenemos, para transformarlos en los bienes que necesitamos. La agricultura, la artesanía, la caza, la pesca, etc. son de trabajo manual.

EL CAPITAL

El factor capital engloba tanto las infraestructuras necesarias para producir el bien (carreteras, vías férreas, obras hidráulicas, etc.) como los edificios que se sitúan las empresas y las industrias, las máquinas y los elementos  de transporte que nos permiten llevar los bienes de producción hasta el consumo.

La diferenciación entre bienes de capital y bienes de consumo es muy estrecha y en ocasiones viene solamente determinada por el uso que se hace del bien.

LA NECESIDAD DE ELEGIR

La actividad económica surge precisamente para superar el problema de la escasez de recursos. La imposibilidad de obtener todo lo que deseamos nos obliga a elegir qué bienes y servicios se van a producir y en que cantidades, es decir, debemos decidir a que necesidades vamos a dedicar nuestros recursos y cuáles vamos a dejar insatisfecha.

Los responsables de elegir son los agentes económicos, es decir, los protagonistas de la economía en sus decisiones diarias:


-Las familias y los individuos

Con unos ingresos limitados, tendrán que elegir, por ejemplo, entre disfrutar de más vacaciones o reformar la vivienda, entre un nuevo ordenador o una bicicleta, si dedicar más tiempo al trabajo o al ocio, etc.


-Las empresas

Deciden qué producir, y cuántos trabajadores y equipos utilizar para ello, teniendo en cuenta que disponen de un capital limitado.


-El Estado, las comunicaciones autónomas y los Ayuntamientos

Con el presupuesto de que disponen, deberán decidir si lo emplean en más hospitales o en más carreteras, en más becas o en una mejora de las pensiones, etc.

NECESIDADES PRIMARIAS Y SECUNDARIAS

No todas las necesidades que experimentemos tienen el mismo carácter. Por una parte existen las que son comunes a cualquier ser humano, tales como alimentarse, vestirse y tener una vivienda. Son las llamadas necesidades básicas o primarias, aquellas que es imprescindible satisfacer  para poder sobrevivir. El bienestar humano no consiste en la mera supervivencia, sino en el desarrollo integral (económico, social y cultural) de la persona.

Aparte de las básicas, el ser humano, como ser social, tiene otro tipo de necesidades cada vez más evolucionadas, como el ocio, la comunicación, etc. Estas necesidades secundarias, que surgen con la evolución y el desarrollo de la sociedad, tienden a aumentar el nivel de satisfacción y bienestar del individuo.

CLASIFICACION DE LOS BIENES Y SERVICIOS


-Según su escasez o abundancia, los bienes económicos son aquellos que además de ser útiles, no se hallan disponibles de forma libre en la naturaleza. Es decir, hay que transformarlos  para que sirvan a las necesidades humanas. Son bienes escasos y su obtención requiere un esfuerzo. Por su parte, los bienes no económicos, también denominados bienes libres o gratuitos, son abundantes y están disponibles sin esfuerzo económico.


-Según su función, los bienes económicos se pueden clasificar en bienes de consumo, que sirven para satisfacer directamente una necesidad y bienes de producción o de capital, que no procuran una satisfacción inmediata, pero sirven para producir  otros bienes.

En los bienes de consumo, podemos distinguir entre bienes duraderos, que nos permiten un uso prolongado en el tiempo y bienes perecederos o de consumo inmediato, que desaparecen una vez consumidos.


-Según su grado de elaboración, están los bienes intermedios, que son los que requieren una transformación para llegar a ser bienes finales o bienes que son aptos para el consumo.


-Según la relación que mantienen entre sí, los bienes complementarios son aquellos que es necesario consumir conjuntamente, mientras que los bienes sustitutivos son aquellos que satisfacen una misma necesidad.


-Según la forma que se accede a ellos, están los bienes públicos, que son aquellos que pertenecen a la sociedad y de cuyo consumo no es excluye a nadie, y los bienes privados, que son los que pertenecen a una persona en particular.

LA TIERRA

Los recursos naturales se clasifican en renovables y no renovables.


-Renovables

Son aquellos cuyo uso no los agota. Los ejemplos más claros son el sol o el viento, utilizados para generar energía sin que su fuente se desgaste.


-No renovables

Son aquellos que se agotan cuando los utilizamos muchos. Muchos de los recursos naturales que utilizamos son de esta clase, especialmente los mineros. Una vez extraídos y utilizados no podemos volver a tenerlos: el petróleo, el cobre, el carbón, etc.


-Mixtos

Hay algunos bienes que podemos clasificar así en la medida en que su uso los agota, pero una explotación razonable y una gestión sostenible nos permiten disponer de ellos sin límite de tiempo. Nos estamos refiriendo, por ejemplo a la madera.

El TRABAJO

Para realizar cualquier actividad económica necesitamos la intervención humana.
La forma más tradicional del trabajo ha sido el trabajo manual, es decir, aquel en que la producción depende directamente de nuestra intervención física sobre los productos que tenemos, para transformarlos en los bienes que necesitamos. La agricultura, la artesanía, la caza, la pesca, etc. son de trabajo manual.

EL CAPITAL

El factor capital engloba tanto las infraestructuras necesarias para producir el bien (carreteras, vías férreas, obras hidráulicas, etc.) como los edificios que se sitúan las empresas y las industrias, las máquinas y los elementos  de transporte que nos permiten llevar los bienes de producción hasta el consumo.

La diferenciación entre bienes de capital y bienes de consumo es muy estrecha y en ocasiones viene solamente determinada por el uso que se hace del bien.

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