Entorno general: es el conjunto de factores que afectan independientemente de la actividad a la que se dediquen todas las empresas de una determinada sociedad. Sus factores son: Factores económicos: se dividen en temporales, como los ciclos económicos del país, el tipo de interés, la inflación, y en permanentes, como el grado de desarrollo y de industrialización del país. Factores socioculturales: podemos nombrar el nivel educativo y los estilos de vida. Estos factores afectan a la demanda de la empresa, que se ve obligada a cambiar si quiere sobrevivir. Factores políticos y legales: las medidas que toman los gobiernos influyen en las empresas a través de las leyes, la política fiscal y la elaboración de normas reguladoras del mercado. Factores tecnológicos: los avances tecnológicos hacen que las empresas tengan que cuestionarse, primero, si utilizan la tecnología adecuada y, segundo, si las propias actividades a las que se dedican tradicionalmente las tienen que abandonar o no.
El entorno específico: son únicamente los factores que influyen sobre un conjunto de empresas que satisfacen las mismas necesidades. Los factores son: Los proveedores y suministradores de materias primas y de otros recursos necesarios para la actividad productiva de la empresa. Los clientes que adquieren productos de la empresa. Los competidores o empresas que producen el mismo tipo de bien. Los intermediarios que acercan el producto al consumidor. Los intermediarios financieros son los bancos o cualquier sociedad que ayuda a financiar y asegurar los riesgos de la empresa.
La estrategia competitiva persigue la búsqueda de una posición favorable en un sector determinado. Para lograr esto, tienen que seguir alguna ventaja competitiva que permita tener mejores resultados. Las tres estrategias son: Liderazgo de costes: producir con unos costes inferiores a los de los competidores manteniendo una calidad aceptable; esta ventaja permite aumentar la cuota de mercado y dificultar a los competidores. Diferenciación: pretende lograr que el producto se perciba como exclusivo para que los clientes paguen más; la diferenciación puede ser por el producto o el servicio. Segmentación del mercado: al centrarse en satisfacer las necesidades de un segmento limitado dentro del sector, la empresa puede ser más eficaz. Una vez elegido el segmento, adoptan la estrategia de liderazgo.
La estrategia de especialización: crecer incrementando la actividad en la que son especialistas. Pene-tración de mercado: consiste en aumentar las ventas de sus productos actuales entre sus clientes actuales a futuro. Desarrollo de mercados: la empresa introduce sus productos actuales en nuevos mercados. Desarrollo de productos: la empresa se mantiene en su mercado actual pero desarrolla productos complementarios. La estrategia de diversificación: la empresa crece añadiendo nuevos productos y nuevos mercados a los ya existentes. Diversificación horizontal: se da cuando existe similitud entre los productos nuevos y antiguos, con ello la empresa añade nuevos productos complementarios. Diversificación vertical: consiste en crecer añadiendo nuevas actividades a las actuales pero dentro del mismo sector. Diversificación heterogénea: no hay relación entre productos nuevos y antiguos y se trata de aprovechar oportunidades aunque no tengan que ver con la empresa.
Tipos de crecimiento: El crecimiento interno: intenta crecer con sus propios recursos. El crecimiento externo: busca disminuir costes fusionándose con otras empresas y da lugar a la concentración empresarial. Los motivos que explican la concentración son: Crecer para reducir costes a través de la economía de escala o incrementando el poder de negociación frente a proveedores y clientes. El control del mercado y mayor poder frente a sus competidores. La necesidad de unirse cuando hay proyectos que requieren grandes inversiones.
Modalidades de la concentración: Participación o integración de sociedades: supone la pérdida de la personalidad jurídica de al menos uno de los participantes. Fusión: dos o más empresas desaparecen para formar una nueva. Absorción: compra de una empresa por otra, lo que implica la desaparición de la empresa que es adquirida. La concentración puede ser horizontal, si se unen empresas que realizan el mismo producto o servicio. Vertical: se unen empresas que realizan distintas fases de la cadena de valor.
La participación se produce cuando una empresa compra una parte de las acciones de otras sociedades (sin pérdida de la personalidad jurídica). Supone el control mayoritario (más del 50% del capital social) y minoritario (menos del 50%). Si la participación se hace a través de una empresa llamada matriz que adquiere más del 50% de otras empresas, llamadas filiales, con la finalidad de controlarlas, el grupo formado se conoce como holding.
La cadena de valor es el proceso de elaboración de cualquier producto; el valor añadido de la empresa es parte de la cadena en la que intervienen desde las materias primas hasta el consumidor. En esa cadena de valor, las empresas añaden actividades posteriores o anteriores. Cuando la empresa se extiende hacia ambos extremos de la cadena de valor, esto es para hacer su propio proveedor o su propio cliente; este proceso se conoce como integración vertical.
Ventajas e inconvenientes de la integración vertical: cuando la integración vertical es hacia atrás, la empresa es su propio proveedor, lo que supone aprovisionamiento asegurado. Si la integración es hacia adelante, la empresa controla la distribución de sus productos. Desventajas: pierden las ventajas de especialización, ya que la empresa tiene que gestionar nuevas actividades y aparecen costes de gestión.
La subcontratación: las empresas en la cadena de valor se relacionan con acuerdos de subcontratación, contratando con empresas externas actividades que antes estaban integradas. Mediante la subcontratación, una empresa encarga a otra la realización de una actividad en unas condiciones estipuladas, con la garantía de que le comprará su producción. Ventajas: el subcontratista tiene ventas aseguradas y el contratista suministros.
Ámbitos de responsabilidad social: La responsabilidad social hace referencia al conjunto de obligaciones que deben generar beneficios para la sociedad y compromisos legales para poder comenzar la actividad. Compromiso con la sociedad: se pide que la empresa se comprometa con el desarrollo económico, social y cultural, manteniendo y generando empleo y evitando la deslocalización. Clima de confianza: con los trabajadores que genera un clima de cooperación y participación, mejorando las condiciones laborales. Credibilidad ante los clientes y consumidores: los consumidores eligen mayor fiabilidad de la información y calidad-precio razonable. Respeto al medio ambiente: se elige que las técnicas respeten el medio ambiente y minimicen las emisiones y los vertidos.
Un sector está formado por todas las empresas que ofrecen productos similares y satisfacen las mismas necesidades. La estructura de un sector se define por su tamaño y número. Las empresas que forman un sector tienen que competir entre sí por los clientes y el poder. Una empresa es más competitiva si es más eficiente, ya que ofrece mejores productos a mejor calidad-precio y mejores beneficios. Cuota de mercado: proporción de venta de una empresa respecto a las ventas totales del sector. Líder del mercado: empresa que tiene la mayor cuota de mercado dentro de un sector.
Las pymes son las más adecuadas para algunas actividades: Actividades de la moda, artesanales en las que es importante la habilidad, sectores de tecnología punta que requieren personal cualificado, actividades de contacto con el cliente y actividades nuevas, ya que hasta que los mercados no se consolidan con una demanda suficiente, no aparecen las grandes empresas. Además, las grandes y pequeñas empresas se complementan: en actividades agrícolas, la producción es de pequeñas empresas, mientras que la comercialización es de las grandes. En otros sectores, grandes empresas fabrican y las pequeñas distribuyen. En algunos sectores, las grandes empresas productoras suelen necesitar una industria del tamaño más reducido y abastecedora.
Ventajas: dada su cercanía al cliente, tienen una mejor posición en los mercados locales, son flexibles para adaptarse al cambio, presentan menos conflictividad laboral, se adaptan mejor para satisfacer demandas muy específicas y necesitan menos inversión inicial. Inconvenientes: los recursos son escasos y caros, además no cuentan con la financiación de la bolsa. Debido a su tamaño, no pueden usar las economías de escala, tienen poco poder de negociación con clientes y proveedores y se limitan a aceptar las decisiones. El nivel de cualificación de sus trabajadores es menor, ya que las personas más preparadas prefieren trabajar en grandes empresas y no pueden utilizar los grandes medios publicitarios.