Financiación Empresarial: Fuentes, Entorno y Coste del Capital

El Subsistema de Financiación Empresarial

La Función Financiera de la Empresa

La función financiera de la empresa se ocupa de la captación y administración de los fondos de la empresa. Esta concepción comprende dos grandes decisiones:

  • Función de financiación
  • Función de inversión

La empresa se encarga de la transformación de factores en productos. Así pues, el sistema financiero transforma factores financieros a través de procesos para gestionar los recursos financieros con el fin de asegurar la rentabilidad. Esta concepción de las finanzas implica considerar las siguientes cuestiones:

  • La estimación de recursos para permitir su crecimiento.
  • El análisis y determinación de las clases de activos.
  • La estructura financiera de la empresa.
  • El análisis y previsión de los efectos, tanto a corto plazo como a largo plazo.

La forma de operar en este área requiere el cumplimiento de tres condiciones previas:

  • La determinación de un objetivo financiero.
  • Un criterio para la asignación de recursos financieros.
  • Un método de análisis que permita la elección de la combinación de medios financieros.

Pues bien, este ciclo financiero está formado por dos subciclos de distinta duración:

  • Un ciclo corto, ciclo de explotación o ciclo de ejercicio, cuya duración viene expresada por el período medio de maduración, y que depende de las condiciones internas de la empresa. Está integrado por cuatro fases:
    • Captación de recursos financieros.
    • Compras y pago de los bienes.
    • Producción y almacenamiento.
    • Venta y cobro de las ventas.
  • Un ciclo largo o ciclo de capital. El ciclo largo tiene una duración más variable, dependiendo de la empresa y también de las condiciones externas (competencia, la demanda).

El Entorno Financiero de la Empresa

El entorno financiero es la parte del sistema económico donde coinciden las economías excedentarias y las deficitarias, donde se producen las transferencias de fondos de unas a otras.

Este entorno está constituido por tres tipos de elementos: activos financieros, instituciones financieras, mercados financieros.

Activos Financieros

Los activos financieros son los productos que se intercambian en el mercado financiero. Se denomina así a los títulos emitidos por los agentes económicos con el fin de obtener medios de pago.

Los activos financieros sirven como medios de pago, ya que son formas que puede adoptar el dinero, por lo que son transmisibles e intercambiables en el mercado; poseen tres características:

  • Riesgo
  • Rentabilidad
  • Liquidez

Cuando el mercado funciona perfectamente y el sistema de precios proporciona toda la información necesaria, estas características se reflejan en el precio del activo. Existen varias tipologías de activos financieros:

  • Según la certeza de la renta: activos de renta fija (obligaciones de empresa, pagarés, etc.) y activos de renta variable (acciones y participaciones en el capital de una empresa).
  • Según su emisor: activos primarios (obligaciones, deuda pública) y activos secundarios (certificados de depósitos, hipotecas, depósitos bancarios, etc.).

Mercados Financieros

Los mercados financieros son el lugar o el mecanismo a través del cual se intercambian los activos financieros. El objetivo de los mercados financieros es la asignación de los ahorros de la economía hacia los usuarios, estableciendo el mecanismo por el que se intercambian los activos y se determinan sus precios.

Para que sean eficientes, deben poseer varias propiedades:

  • Amplitud
  • Transparencia
  • Libertad
  • Profundidad
  • Flexibilidad

Es posible establecer diversas clasificaciones de estos mercados:

  • Mercados directos e intermedios: Son aquellos en los que las partes oferente y demandante negocian directamente la transacción. Los intermedios son aquellos en los que al menos uno de los agentes es un intermediario financiero.
  • Mercado monetario y mercado de capitales: El mercado monetario se ocupa de los activos financieros a corto plazo o muy corto plazo, mientras que el mercado de capitales se ocupa de las operaciones a largo plazo.
  • Mercados primarios y secundarios: En el mercado primario se negocian títulos de nueva creación, mientras que en el secundario se opera con títulos ya existentes.
  • Mercados libres y regulados: Los mercados libres se rigen por las leyes de oferta y demanda. Los mercados regulados están sujetos a normativas específicas.
  • Mercados organizados y mercados no organizados (OTC – Over The Counter): El primero tiene lugar en un espacio y tiempo concretos y formalizados, bajo determinadas normas. El segundo fija las condiciones de forma bilateral, a menudo sin necesidad de un agente mediador centralizado.

Estos mercados se caracterizan por su complejidad y dinamismo, impulsado por una serie de cambios, entre los cuales destacan:

  • Globalización e internacionalización.
  • Desregulación, desintermediación e innovación financiera.
  • Aceleración del cambio tecnológico.
  • Aumento de los flujos internacionales de capitales.

Intermediarios Financieros

En los mercados financieros, existe una inmensa variedad de activos que dificultan la transacción al no poder negociar directamente las operaciones, haciéndose necesaria la intervención de agentes que median entre ahorradores y demandantes; a estos agentes los denominamos intermediarios financieros.

El papel que representan en la economía es proporcionar confianza, producir y transmitir información para los mercados, facilitando el acceso a los mismos. Se pueden distinguir dos grandes tipos:

  • Bancarios: Aquellos cuyos pasivos son considerados dinero.
    • Banca privada.
    • Banco Central (por ejemplo, Banco de España en su contexto histórico).
  • No bancarios: Aquellos cuyos pasivos no son considerados dinero. Su función principal es la mediación financiera.
    • Empresas de financiación.
    • Empresas de seguros.
    • Sociedades y fondos de pensiones.

La Financiación Externa de la Empresa

La financiación de la empresa se basa en la obtención de recursos financieros de diferentes orígenes; a esto se le denomina fuentes de financiación.

Existen dos tipos principales de financiación:

  • Financiación interna: También conocida como autofinanciación, procede de los recursos generados por la propia empresa.
  • Financiación externa: Procede de fuentes ajenas a la empresa, es decir, del entorno financiero o de los mercados financieros.

La selección de fuentes de financiación determinará la composición de su estructura de capital, teniendo repercusión en la rentabilidad y en el valor de mercado de la empresa al afectar al nivel de endeudamiento.

La financiación externa de recursos propios procede principalmente del mercado de capitales, obtenida mediante la emisión de acciones que se colocan en el mercado cuando se realiza una ampliación de capital social.

Estas acciones pueden colocarse entre los inversores por su valor nominal o por un precio superior a dicho valor. La diferencia entre ambos precios se denomina prima de emisión.

La financiación ajena a la empresa puede ser a corto, medio o largo plazo. Dentro de las fuentes a corto plazo podemos encontrar:

  • La financiación espontánea: Procede de los aplazamientos de pagos a proveedores y otras deudas comerciales, a menudo incluidos en los créditos de suministro o provisión. Esta financiación no tiene un coste explícito para la empresa, salvo la posible pérdida de descuentos por pronto pago, que pueden ser significativos.
  • Los créditos y préstamos bancarios a corto plazo: Es una financiación cuyas condiciones deben ser pactadas con la entidad financiera, por lo que su coste es cierto. Este coste incluye los intereses acordados más las comisiones, gastos de formalización, etc.
  • El descuento comercial: Operación que consiste en la anticipación por parte de una entidad financiera del valor de los efectos comerciales (letras de cambio, pagarés) a favor de la empresa antes de su vencimiento. Para ello, la empresa debe contar con una línea de descuento de efectos en una entidad financiera, la cual descuenta las letras y pagarés que presente la empresa, adelantando su importe. A cambio, la entidad financiera cobra un interés y comisiones por la operación.
  • El factoring: Interesante alternativa de financiación a corto plazo. Consiste en la cesión de las deudas a favor de la empresa (cuentas por cobrar) a una empresa de factoring, la cual se encarga de su cobro, asumiendo en algunos casos el riesgo de insolvencia de los clientes. La empresa de factoring adquiere las facturas y paga a cambio un porcentaje de su valor total.

En cuanto a la financiación a largo plazo, podemos encontrar:

  • La emisión de títulos de renta fija: Consiste en lanzar al mercado una oferta de valores que representan una parte de la deuda de la empresa. Así, cuando una empresa necesita capital para una inversión, puede recurrir a la emisión de deuda, formalizada en títulos (bonos, pagarés, etc.) que ofrece en el mercado. Las distintas denominaciones responden a condiciones diferentes de plazo y garantías. Habitualmente se denominan obligaciones y bonos a los títulos a largo plazo, cédulas a los títulos con garantía hipotecaria y pagarés a los títulos a corto plazo.
  • El leasing: Fórmula de arrendamiento financiero que se utiliza para la adquisición de bienes de equipo (maquinaria, vehículos, etc.).
  • Los créditos y préstamos bancarios a largo plazo: Son también una fuente de financiación muy utilizada. La diferencia principal entre el préstamo y el crédito es que en el préstamo se recibe una cantidad fija en su totalidad al inicio de la operación, mientras que en el crédito la entidad bancaria pone a disposición de la empresa una cantidad determinada (límite de crédito), de la cual esta puede disponer según sus necesidades sin rebasar dicho límite.

Autofinanciación

Se denomina autofinanciación a los excedentes financieros que se generan como consecuencia de la actividad de la empresa y que se incorporan a su patrimonio, ya sea quedando como remanentes de beneficios no distribuidos o como dotaciones para amortizaciones y provisiones.

La autofinanciación proporciona a la empresa autonomía financiera y se genera cuando la empresa retiene los beneficios y los reinvierte en la actividad, renunciando a repartirlos entre los accionistas.

Existen dos modalidades principales de autofinanciación:

  • Autofinanciación de mantenimiento: Tiene como objetivo mantener la capacidad productiva de la empresa, recogiéndose en las dotaciones para amortizaciones y provisiones.
  • Autofinanciación de expansión: Su fin es lograr la ampliación y crecimiento de la empresa, reflejándose en las reservas y remanentes de beneficios no distribuidos.

Los componentes de la autofinanciación son:

  • Los beneficios retenidos.
  • Las dotaciones para provisiones y amortizaciones.

Sin embargo, se debe distinguir entre la capacidad de autofinanciación y la autofinanciación efectiva, ya que la primera estaría compuesta por todos los recursos generados por la empresa (beneficio + amortizaciones + provisiones) y la segunda por aquellos recursos (principalmente beneficios) deliberadamente retenidos y no distribuidos.

Aunque la autofinanciación tiene indudables ventajas, también presenta desventajas, lo que acarrea diversas consecuencias:

  • Puede evitar que el accionista tenga que pagar impuestos (sobre dividendos).
  • Garantiza la reinversión productiva de los beneficios en la propia empresa.
  • Reduce los costes de transacción, tanto para la empresa como para el inversor.
  • Puede perjudicar la imagen financiera de la empresa al no realizar reparto de dividendos, lo que el mercado puede interpretar negativamente.
  • Si se genera una excesiva liquidez, puede dar lugar a la realización de inversiones poco meditadas o rentables.
  • Aunque la autofinanciación no genere un coste explícito (como intereses), sí tiene un coste de oportunidad.

El Coste de Capital

Se define el coste de capital como el precio o coste que la empresa debe pagar por los recursos financieros empleados en su actividad. Dicha expresión hace referencia al coste medio ponderado de las distintas fuentes de financiación de la empresa.

El coste del capital deuda no solo incluye el interés efectivo de la deuda, sino también los gastos adicionales que genera la obtención y formalización de dichos recursos.

El coste de recursos propios está implícito en el coste de capital. Su función es reflejar la expectativa de rendimiento del inversor: este realiza una aportación financiera con la expectativa de obtener un rendimiento, bien sea en forma de dividendos o bien en forma de plusvalías. En caso de no obtenerlo, vendería sus acciones para invertir en otros activos, con lo que estas verían reducida su cotización, el valor de mercado de la empresa caería y con ello su capacidad de seguir captando capital riesgo.

La estimación del coste de capital propio no es sencilla. Suele admitirse que el coste del capital propio puede estimarse a través del coste de oportunidad de la inversión, es decir, lo que podría obtener un inversor potencial colocando su capital en activos financieros de características similares a los títulos de la empresa.

El conocimiento del coste de capital es muy importante, ya que la empresa debe saber cuánto debe pagar por los recursos que utiliza. Por ello, el coste del capital es la tasa de descuento que se utiliza habitualmente en el análisis de inversiones.

En relación al estudio de la rentabilidad, es habitual distinguir entre la rentabilidad económica y la rentabilidad financiera:

  • La rentabilidad económica: Representa el rendimiento total que proporciona la empresa como proyecto de inversión, independientemente de cómo se financie. Fórmula: Beneficio antes de Intereses e Impuestos (BAII) / Activo Total (Activo No Corriente + Activo Corriente).
  • La rentabilidad financiera: Expresa la rentabilidad obtenida por los propietarios del capital (accionistas), una vez cubiertos los costes de la financiación ajena. Fórmula: Beneficio Neto (BN) / Recursos Propios (RP).

La consideración conjunta de estos dos tipos de rentabilidad permite estimar el efecto del apalancamiento financiero, que se produce como consecuencia del diferencial de coste existente entre la financiación ajena (capital deuda) y los recursos propios. Por tanto, el apalancamiento financiero evalúa el efecto de la estructura de financiación (nivel de endeudamiento) sobre la rentabilidad financiera y la variabilidad de los beneficios de la empresa.

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