Impacto de la crisis 97-98 en la economía argentina

La crisis financiera articulada por el FMI y el gobierno argentino, que permitió dejar atrás la contracción y la crisis que provocó el efecto tequila.

3° Etapa (1998-2001)

El panorama cambia totalmente. El impacto de la crisis rusa y brasileña (1998 y 1999) se reflejó en un nuevo aumento de las primas de riesgo país, que ya habían ascendido en 1997. Esto afectó negativamente a la demanda interna y desencadenó una nueva recesión. Incrementó la vulnerabilidad financiera de los deudores. El déficit anual en esta etapa resultó superior al de 1994 debido al aumento de los pagos de intereses.

¿Qué efectos macroeconómicos generó la crisis 97-98 en la Argentina?

El escenario financiero internacional experimentado en 1997/98, luego de las crisis asiáticas y rusa, encontró a la economía Argentina con:

  • Déficit de cuenta corriente
  • Importante apreciación cambiaria
  • Carencia de instrumentos de política para lidiar con este problema.

Para adecuarse a la nueva situación y dada la ausencia de otros instrumentos, el gobierno empezó a utilizar una política fiscal contractiva. Las subas en los impuestos y los recortes del gasto público reforzaron la tendencia recesiva y alimentaron así las expectativas negativas, impidiendo a su vez la tan esperada baja en la prima de riesgo soberano. La política fiscal resultó impotente para compensar los fuertes desequilibrios macroeconómicos, cuyas raíces se encontraban en el sector externo. Bajo esta orientación de política fiscal autodestructiva, la economía quedó atrapada en un círculo vicioso.

¿Cómo era la composición de la deuda pública y privada?

Durante la primera etapa expansiva de principios de los 90, los ingresos de capitales privados resultaron predominantes a pesar de la importante acumulación de fondos generados por las privatizaciones de empresas públicas. El financiamiento externo al sector público se hizo más significativo en la recesión del 95. La segunda etapa expansiva de los 90, fue impulsada por capitales externos dirigidos a financiar al gobierno nacional. El sector público desempeñó un papel importante en la provisión de divisas para la acumulación de reservas durante los años 90. El aumento de la deuda privada no fue menos relevante aunque tuvo como contrapartida una salida privada de fondos. En efecto, la deuda privada tuvo un importante aumento, pero lo mismo sucedió con los activos externos del sector privado. Esta acumulación de activos externos por parte del sector privado fue pequeña entre 1991-1994, y se incrementó luego del efecto Tequila. Durante la 2da etapa expansiva (95-98) la deuda privada aumentó casi en la misma cuantía que la tenencia de activos externos por parte de este sector. De allí en adelante, la deuda externa privada declinó. En síntesis, en la segunda mitad de los 90, la acumulación de reservas y la liquidez interna se volvió cada vez más dependiente del acceso del sector público al fondeo internacional.

¿Qué medidas se tomaron para evitar el Default?

En diciembre de 1999, asumió un nuevo gobierno que adhirió a que la causa principal de la recesión era el desequilibrio fiscal (y no la apreciación cambiaria y la vulnerabilidad financiera a shocks externos).

  • Se implementaron sucesivas medidas fiscales contractivas para evitar el default durante 2000 y 2001.
  • Otra medida fue la Ley de Responsabilidad Fiscal que exigía al sector público reducir paulatinamente su déficit hasta llegar a cero en algunos años. Para esto, se aumentaron los impuestos y se recortaron los gastos.
  • Se aprobó la Ley de ‘Déficit cero’, que obligaba a la administración nacional a equilibrar sus cuentas de modo que los gastos se adapten a los ingresos corrientes. Esta norma garantizaba la cobertura de determinados rubros del gasto (pago de intereses, jubilaciones y sueldos menores a $500). Para cumplir con esta nueva regla fiscal, se realizó un recorte del 13% sobre todos los gastos no protegidos (sueldos y jubilaciones mayores a $500).
  • Con la economía estancada en una recesión, las sucesivas políticas fiscales contractivas profundizaron el escenario deflacionario y las expectativas pesimistas.
  • A fines del 2000, se recibió una ayuda financiera (el blindaje) que cubría, con fondos locales y externos, los vencimientos de 2001 y parte de 2002.
  • En el 2001, se llevó a cabo un costoso canje voluntario de deuda en mano de tenedores privados, llamado ‘megacanje’. Este permitió extender el plazo pero al costo de elevar el valor nominal de la deuda e incrementar los intereses.
  • En noviembre del 2001, se realizó una 2da operación de canje dirigida a tenedores locales, principalmente bancos y AFJP. Los efectos estabilizadores de esta operación fueron de muy corto alcance; la fuga de depósitos y la corrida contra las reservas se reanudaron.
  • Por eso, el gobierno impuso fuertes restricciones al retiro de fondos de los bancos ‘el corralito’ y a las operaciones de cambio. Los principales objetivos fueron: limitar la demanda de divisas, preservar el stock y evitar la devaluación de la moneda. Ese fue el último y drástico intento para evitar el default de la deuda pública.

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