Transformación del Trabajo: Efectos de la Revolución Tecnológica

El Trabajo y la Revolución Tecnológica

Concepto de Acción y Trabajo

Una acción es la intervención o la no intervención de una persona en el curso de los acontecimientos. Aunque a menudo hablamos de la acción de los animales e, incluso, de la acción de objetos inanimados, el término acción debe aplicarse únicamente a la actividad humana. Un acontecimiento es un cambio en los estados de una cosa o conjunto de cosas que se produce en un intervalo de tiempo.

De modo que el trabajo —primer significado— es una acción productiva (la poiesis griega). La obra producida no siempre es una cosa material —por ejemplo, en el trabajo del vigilante o el médico—; pero sí es esencial que se trate de algo útil socialmente. Ello quiere decir que es un medio, que posee siempre una finalidad y que no se realiza por sí mismo: el trabajar por trabajar convierte al trabajo en juego (hobby) o en algo considerado normalmente como sin sentido.

El trabajo, además, es algo repetitivo —de cada día— y requiere dedicación y constancia: es una tarea (del árabe tariha: encargo de alguna obra en cierto tiempo) a la que uno se ve atado como a una obligación. Y es que el trabajo es una necesidad. Tenemos que transformar y dominar la naturaleza ya que esta no nos facilita sin más todo aquello que precisamos para cubrir nuestras necesidades. Por esto, el trabajo lleva unida la idea de algo penoso (como fatiga, dolor y condena). Así, a la primera significación se le une la segunda.

El trabajo establece una relación agente-objeto muy distinta de la que se constituye a través del saber: el objeto es producido o transformado por el agente. Por eso el trabajo crea una relación real con el objeto, por lo que no cabe la sospecha de que el objeto pueda ser solo algo aparente. En esta relación se determinan también los tiempos. Hay un tiempo para el ocio y un tiempo para el trabajo. Pero el ocio no debe entenderse como el no hacer nada, por más que el DRAE lo defina como cesación del trabajo, inacción o total omisión de la actividad.

Impacto de la Revolución Tecnológica

La Eficacia y la Productividad

La revolución tecnológica tuvo como efecto más evidente el aumento de la eficacia y la productividad, pues gracias a la introducción de maquinaria especial y a la reorganización de los procedimientos y recursos fue posible fabricar más, más rápido y mejor. Es fácil comprobar que con una máquina excavadora es mucho más cómodo y rápido excavar una zanja que hacerlo con una pala, o que la maquinaria textil permite fabricar más jerséis que si lo hacemos a mano.

La Humanización de las Condiciones Laborales

El empleo de maquinaria y el perfeccionamiento de los métodos de trabajo permiten descargar al trabajador de las tareas más duras y pesadas. Esto constituye un adelanto, pues supone liberarlo de las tareas más agotadoras físicamente y reservarle los trabajos más gratificantes y creativos, aquellos que requieren la participación de cualidades esencialmente humanas: inteligencia, espontaneidad…

El Tiempo Libre

El aumento de la productividad supone fabricar más en el mismo tiempo y con los mismos recursos. Esto significa que las personas necesitan trabajar menos para producir lo mismo. Es un hecho que, desde el inicio del capitalismo hasta ahora, hasta hace bien poco se ha dado una disminución considerable de la jornada laboral. Al principio, no había horarios fijos, por lo que, dependiendo de la producción, podía incluso superarse las quince horas por día. La reducción de la jornada laboral conlleva, evidentemente, un aumento del tiempo que las personas pueden dedicar al descanso, el ocio, la diversión…; es decir, un aumento del tiempo libre y de la calidad de vida.

Modificación Rápida del Medio

Algunos de los riesgos que los críticos de la técnica señalan como más negativos son: Modifica rápidamente el medio en que vivimos, con todo lo que tiene de desarraigo del espacio físico y biológico al que nos sentimos ligados. En otras épocas el medio físico apenas variaba: no desaparecían con tanta celeridad las especies biológicas, ni se modificaba tan ampliamente el paisaje. Actualmente, las ciudades modifican en veinte años su aspecto, el paisaje rural se altera o se degrada, el hombre pierde su vinculación con la tierra.

La Sobreproducción y el Consumismo

Producir más y mejor lleva, en algunas ocasiones, a fabricar más de lo que la sociedad necesita en un determinado momento. Entonces, se da una situación de sobreproducción: hay más oferta de un producto que personas interesadas en adquirirlo. Este fenómeno es muy perjudicial para las empresas porque, si no venden, pueden llegar a tener pérdidas y a necesitar reducir la plantilla de trabajadores. Uno de los mecanismos para solventar el problema de la sobreproducción es fomentar el consumismo; es decir, promover la compra de determinados productos, aunque no exista una necesidad real de ellos.

La Deshumanización y la Alienación

La introducción y utilización de maquinaria no siempre supone una humanización del trabajo. A veces, el empleo de máquinas provoca que el trabajo de las personas se convierta en un auxilio de la máquina y se reduzca, por ejemplo, a apretar un botón o subir una palanca al ritmo que esta impone. La técnica nos introduce en la preferencia de lo útil sobre lo verdadero.

Nos Hacemos Ignorantes

Desconocemos las cosas que usamos: sabemos conducir el automóvil pero la mayoría desconocemos su mecánica; antes necesitábamos cortar leña para hacernos la comida, ahora, casi todo, está precocinado, envasado, y cualquier fallo técnico nos deja inermes: la técnica como especialización es un privilegio y una muestra de impotencia humana generalizada.

El Fraude del Tiempo Libre y el Desempleo

Para algunos pensadores, el tiempo libre supone un fraude, porque, aunque consideremos que es un tiempo libre de trabajo, en realidad forma parte del ciclo productivo. Para mantener la eficacia y el rendimiento, la producción debe combinarse con momentos de descanso: un trabajador relajado y descansado trabaja más y mejor. Por esta razón, algunos pensadores sostienen que el tiempo libre responde a los intereses productivos y no, como pensamos, a los del trabajador. Los filósofos que han estudiado este fenómeno señalan además que el tiempo libre también contribuye a aumentar el crecimiento económico e industrial, pues, cuando las personas no trabajan, se convierten en consumidores de la industria del ocio: cines, restaurantes, salas musicales, etc.

Otra de las posibles repercusiones de la introducción de la maquinaria puede ser el aumento del desempleo. La sustitución de trabajo humano por trabajo mecánico puede suponer fabricar más con menos personas y, en consecuencia, comportar una disminución de los puestos de trabajo. El temor a una consecuencia de este tipo se dio desde el inicio de la Revolución Industrial; por eso, la introducción de maquinaria en algunos sectores, como el textil, se vio acompañada de protestas y revueltas de los trabajadores que veían peligrar sus puestos de trabajo (el caso de los luditas resulta muy curioso en este aspecto).

Aumento en Tamaño e Intensidad de la Organización Social

Ya no comemos por nosotros mismos sino que dependemos de la panadería, de los supermercados, de la red eléctrica, de la compañía del gas. Solo una huelga general con servicios mínimos nos hace volver la mirada a épocas primitivas, artesanales. Por eso, puede disminuir nuestra libertad individual de elección y de acción, que han de tener como referencia los derechos colectivos.

Disminución de la Libertad Individual

¿Quién dudaría que la informática, por ejemplo, puede llevar a la disipación de la intimidad y a una limitación de la libertad, más intensa que todas las que se han sucedido en la historia? Apenas se apela a lo personal; se manejan constantemente estadísticas de cosas. Asuntos graves que amenazan al hombre de nuestro tiempo (aborto, eutanasia, droga, sida, terrorismo, racismo, xenofobia, nacionalismos exacerbados, poder político a ultranza, captación furtiva de votos con fondos públicos, etc.), pudieran ser dadas por válidas, y ¡hasta buenas!, solo porque son técnicamente cuantificables y, de ahí, socialmente toleradas.

Favorecimiento de Formas Menos Democráticas de Gobierno

Incluso, puede favorecer formas menos democráticas de gobierno: aunque la técnica de por sí no es democrática ni antidemocrática, pone en manos de unos pocos, los expertos que tienen en su poder la toma de decisiones, posibilidades inmensas de control y transformación. Por tanto, la técnica plantea hoy un problema que no es solamente técnico sino ético: no es suficiente transformar las condiciones materiales de la existencia sino que podemos y debemos realizar otros proyectos además de los materiales.

Puede llevar a que no nos planteemos problemas últimos, problemas de sentido; a que no nos preguntemos por nuestro principio o por nuestro destino; puede atrofiar los deseos humanos, de los que ella es servidora, hasta instaurar un reino de medios superdesarrollados para obtener otros más poderosos; algo así como si corporalizáramos el vestido en lugar de vestir el cuerpo.

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