Agentes económicos en un sistema comunista

Los agentes económicos

Racionalidad económica: Supuesto de comportamiento de las familias y las empresas que considera que estas utilizan sus recursos escasos guiadas por el fin de maximizar su propia utilidad o sus beneficios, respectivamente. La racionalidad se utiliza para realizar modelos económicos que permiten explicar y prever el comportamiento de los agentes.

La economía es el mundo del intercambio: de trabajo por dinero, o de bienes por dinero. De este modo, la realidad económica es un inmenso sistema de múltiples relaciones de intercambio en el que participan personas, empresas y organismos públicos, que se constituyen en los actores o agentes económicos.

Las economías domésticas o familias

Las economías domésticas están compuestas por las personas, solas o agrupadas en familias, cuya función es la de satisfacer sus necesidades mediante el consumo de bienes y servicios.

Además de esta función básica de consumo, las economías domésticas ofrecen su trabajo para obtener a cambio los ingresos que les permiten satisfacer sus necesidades y afrontar todos los gastos posibles. Es decir su capacidad de gasto.

Las familias deben decidir cómo distribuir esos ingresos o renta familiar: cuánto van a gastar y en qué tipo de bienes, cuánto van a ahorrar y para qué, etc. También se plantean de qué manera pueden ampliar sus ingresos (invirtiendo sus ahorros,..).

Como el presupuesto de las familias no es suficiente para satisfacer todas sus necesidades, deben elegir de manera racional qué bienes pueden adquirir y cuáles no teniendo en cuenta su presupuesto limitado.

Elegir racionalmente significa que los consumidores comparan los distintos bienes que necesitan en función de sus preferencias y eligen aquellos que les reportan la máxima utilidad o satisfacción, de acuerdo con su limitado presupuesto.

Las empresas

Las empresas son los agentes económicos cuya función básica es producir los bienes y servicios que demanda la sociedad.

Para ello necesitan contratar trabajadores, adquirir bienes de producción y comprar materias primas con el fin de transformar estos factores en bienes y servicios aptos para el consumo.

La racionalidad económica de las empresas supone que su objetivo es obtener los máximos beneficios utilizando el menor coste de producción.

 • El beneficio es la diferencia entre los ingresos que obtiene la empresa por la venta de bienes y los costes de su producción.

Para maximizar los beneficios debe combinar los factores productivos (tierra, trabajo y capital) eficientemente, de manera que su coste sea el mínimo.

 Los beneficios que obtienen las empresas, o bien se distribuyen entre sus propietarios en forma de dividendos, o bien se utilizan para realizar nuevas inversiones que permitan a la compañía crecer.

Por ello, si una empresa obtiene beneficios, es un síntoma de su buena gestión. En caso contrario, si sufre pérdidas constantes, demuestra su falta de capacidad para competir en el mercado y tenderá a desaparecer.

El sector público

El sector público es el ámbito de una economía que está directamente contro-lado por el poder político. Lo componen las administraciones, los organismos públicos y las empresas en las que participa el Estado.

Su función principal es regular y promover la actividad económica; además, realiza otras funciones para lograr el bienestar colectivo:

  1. Proporcionar bienes y servicios básicos. Hay determinados bienes que las empresas privadas no ofrecen porque no son rentables o porque no todas las personas tienen recursos para adquirirlos. En estos casos, el Estado interviene para suministrarlos.
  2. Corregir desigualdades. En nuestra sociedad existen grandes diferencias en la en cuanto a la riqueza y los ingresos de las personas. Para compensarlo, el Estado  utiliza sus presupuestos, cuyos ingresos (los impuestos) proceden en mayor medida autónomas de los que más ganan, mientras que los gastos (ayudas, subvenciones, etc.) se realizan en beneficio de todos, con preferencia para los más necesitados.

Familias: Consumo. Maximizar su propio bienestar eligiendo aquellos bienes que más les satisfacen, de acuerdo con sus preferencias y su presupuesto limitado

Empresas: Producción. Maximizar sus beneficios utilizando eficientemente los recursos para producir los bienes y servicios de la forma más rentable.

Sector Público: Regulación del sistema. Maximizar el bienestar general utilizando los recursos para producir los bienes y servicios públicos necesarios y reducir las desigualdades.


Las relaciones entre los agentes económicos

Mercado de productos. En el mercado de productos se realizan los intercambios de bienes y servicios que satisfacen alguna necesidad a cambio de un determinado precio.

Mercado de factores. En él se intercambian los recursos utilizados en el proceso productivo (trabajo, tierra y capital) a cambio de un precio o renta en forma de salarios, alquileres, intereses y beneficios.

Las funciones de los agentes económicos están interrelacionadas. Lo que compran los consumidores es lo que venden las empresas.

A su vez, los impuestos que pagan los consumidores y las empresas al Estado vuelven a ellos. En resumen, entre los agentes económicos establecen unas relaciones circulares en las que el dinero fluye continuamente.

Los agentes económicos se relacionan a través de los mercados, a los que a para realizar los innumerables intercambios que se producen diariamente en economía.

• El mercado de productos, a través del cual los consumidores adquieren los bienes y servicios que ofrecen las empresas a cambio de un determinado precio.

• El mercado de factores, en el que los agentes compran o venden tierra, trabajo o capital para su utilización en la producción. Las empresas nos contratan (compran nuestros servicios) a cambio de un salario.

Las relaciones entre familias y empresas

La primera relación se da en el mercado de productos. En él se intercambian los bienes y servicios que venden las empresas por el dinero que pagan las familias.

La segunda relación se produce en el mercado de factores. En él, las familias ofrecen su trabajo a las empresas a cambio de un salario que les permita comprar los bienes y servicios que necesitan.

Asimismo, las familias poseen dinero ahorrado, terrenos, etc., que ponen a disposición de las empresas a cambio de una remuneración o renta: alquileres a cambio de la tierra, beneficios o intereses a cambio del capital, etc.

La tercera relación integra 2 relaciones entre las familias y las empresas. Aquí se observan dos circuitos de sentido contrario: uno monetario entre las economías domesticas y las empresas y otro real que recoge los movimientos de bienes y servicios y factores de producción entre familias y empresas.

El flujo circular de la renta


El dinero que pagan las familias a las empresas por sus compras retorna luego a las familias al cobrar un salario por su trabajo; este salario, a su vez, regresará a las empresas cuando se realicen nuevas compras. Así se produce un flujo circular de la renta y de la actividad económica.

El flujo circular de la renta está constituido, por un lado, por la corriente de bienes y servicios y factores entre las familias y las empresas, y por otro, por sus correspondientes pagos en dinero.

El flujo circular de la renta y el sector público

El sector público también mantiene relaciones económicas con las familias y con las empresas. Estas relaciones son de dos tipos. En la primera relación el sector público actúa o bien como una empresa, ofreciendo bienes y servicios en el mercado de productos, y demandando factores productivos en el mercado de factores, o bien como una familia, adquiriendo bienes y servicios en el mercado de productos a cambio de un precio.

La segunda relación es específica del sector público, ya que recauda impuestos de familias y empresas, consiguiendo así unos ingresos que utiliza para ofrecer bienes y servicios y conceder ayudas a familias y subvenciones a empresas.

El flujo circular y la oferta y la demanda

Todas las transacciones que se llevan a cabo en el mercado implican dos caras o dimen-siones, denominadas oferta y demanda: ofrecemos nuestro trabajo en el mercado de lores a cambio de salario, pero demandamos bienes cuando compramos en el mer-cado a cambio de dinero; y las empresas ofrecen bienes y servicios en los mercados de zlroductos al tiempo que demandan trabajo en los mercados de factores.


Los sistemas económicos

Todas las economías deben afrontar y resolver dad, es decir, han de tomar decisiones sobre:

1. Qué bienes producir y en qué cantidades. Hay que decidir a que dedicaremos nuestros recursos escasos. Influye el Estado o puede ser iniciativa privada.

2. Cómo van a producirse esos bienes. Puesto que existen diferentes procedimientos habrá que decidir con que recursos y con que técnicas se producirán. ¿Técnicas dañinas o ecológicas?, ¿tecnología avanzada o artesanal?

3. Para quién van a producirse esos bienes. Una vez decidido que bienes se producirán debemos decidir como distribuirlos. ¿Quiénes disfrutaran de ellos?  

Aunque estos 3 problemas son comunes en todas las economías la forma con que se resuelve varía según cada sociedad.

Un sistema económico es la forma en que una sociedad se organiza para resolver sus problemas económicos básicos: que producir, como y para quien.


El sistema de economía de mercado

En el sistema de economía de mercado o sistema capitalista, las decisiones económicas las toman las empresas y los consumidores a través del sistema de precios. Y la intervención del Estado se reduce a garantizar el libre funcionamiento del mercado.

En cuanto a qué se produce, es el mercado el que lo decide. Si nos interesamos por un producto las empresas lo producirán puesto que les deja beneficio si nos interesamos por otro producto estas empezaran a fabricarlo.

El mecanismo del mercado también resuelve cómo producir. Para maximizar sus beneficios, los productores tratan de utilizar los recursos y los métodos de producción que supongan el menor coste posible. Para ello observan los precios vigentes en el mercado y eligen los más baratos.

Finalmente, el mercado también decide para quién se produce los bienes. Los precios de los productos, influidos por la ley de la oferta y la demanda, asignan los bienes al mejor postor, es decir, a quien puede pagarlos.

En el mercado, los precios y las ventas desempeñan un papel fundamental, ya que son señales que permiten a los consumidores y a las empresas organizar sus preferencias y actuar.

Ventajas e inconvenientes

Entre las ventajas de la economía de mercado, sus defensores destacan las si-guientes:

• La eficiencia en su funcionamiento. El mercado motiva a los individuos a utilizar cuidadosamente los recursos y bienes escasos, porque los precios actúan como frenos al despilfarro. A su vez, el mercado permite obtener los bienes al mejor precio gracias a la competencia entre las empresas; además ajusta la oferta total a la demanda, consiguiendo el equilibrio económico.

• La libertad económica. Empresas y personas pueden elegir libremente qué pro-ducir o consumir según sus preferencias o disponibilidades.

 En cuanto a los inconvenientes, los críticos resaltan:

• Los ingresos y la riqueza se reparten muy desigualmente, y de este modo que-dan desatendidos los más necesitados.

• No siempre el mercado es eficiente. El mercado falla cuando no hay competen-Cía, es decir, si hay monopolios o acuerdos entre empresas para fijar precios y obtener beneficios extraordinarios. Asimismo, si las empresas eligen los méto-dos de producción en función solo de su coste, esos métodos pueden dañar más el medioambiente que otros más limpios, aunque más caros.

• Las economías de mercado son inestables y sufren periódicamente fuertes crisis y paro.

• La creación de necesidades artificiales. La publicidad nos induce a comprar cada vez más bienes, aunque sean innecesarios.

• La libertad económica es discutible. En el mercado, nadie es libre si carece de dinero. Hay libertad para los pudientes, y tanta más cuanto más posean.


Planificación central o sistema socialista

Los fallos del mercado propiciaron la búsqueda de alternativas al capitalismo. Una de ellas fue la economía de planificación central, aplicada por primera vez tras la Revolución rusa de 1917, en el este de Europa.

El sistema de planificación central sustituye las decisiones del mercado por las establecidas en un plan fijado por el Estado, que es quien dirige el funcio-namiento de la economía y controla el poder económico.

En ese sistema, los tres agentes económicos quedan reducidos a dos: los consumidores trabajadores y el  Estado-empresa. Los bienes de producción son propiedad del Estado, que fija las decisiones sobre qué, cómo y para quién producir, a través de una agencia de planificación o poder central. Esta agencia establece los objetivos y distribuye las tareas a los diferentes centros de producción. Los agentes económicos carecen de iniciativa y se limitan a cumplir los planes estatales.

Ventajas e inconvenientes

El mayor éxito de este sistema fue conseguir un gran desarrollo económico en unas circunstancias históricas muy complicadas. El sistema proporciónó a toda la población trabajo, sanidad y educación gratuitas, así como una distribución de la renta más igualitaria que en las economías de mercado.

Entre sus inconvenientes destaca que, al fijar el Estado los precios y los salarios, no existen incentivos para que las empresas reduzcan sus costes ni para que los trabajadores incrementen su productividad. Además, el control centralizado de la producción requiere un enorme aparato administrativo que aumenta a medida que crece el sistema productivo, complicando el control sobre las empresas y haciendo menos fiable la información que suministran, con el resultado de una burocracia creciente y múltiples errores de previsión.

Estos inconvenientes generaron una planificación cada vez más alejada de las necesidades reales de la sociedad, con el consiguiente despilfarro de recursos e ineficiencia.

Todo ello y la falta de libertad política y de democracia provocaron el fracaso del sistema en la mayoría de los países que lo habían implantado, a finales de los años ochenta del Siglo XX.


Economía Mixta

Como consecuencia de los fallos de la economía de mercado y de la ineficiencia de la planificación central, la mayor parte de los países aplican un sistema intermedio o de economía mixta.

Los sistemas de economía mixta combinan las virtudes del mercado con la intervención del Estado como corrector de sus fallos.

En este sistema, la mayoría de las decisiones económicas las toman los consumidores y las empresas. Estos agentes, persiguiendo sus propios intereses, responden a as preguntas de qué, cómo y para quién producir. 

El Estado desempeña un papel importante como regulador del mercado y complemento del mismo, produciendo bienes básicos para la sociedad, como sanidad o la educación, o promoviendo un reparto equitativo de la renta a través de subvenciones y ayudas sociales o prestaciones por desempleo. Además, regula el mercado para limitar el poder de las grandes empresas, prohibiendo, por ejemplo, los monopolios.

En estos sistemas mixtos, el mayor o menor peso del Estado en la economía es di-te en cada país. Así, Estados Unidos se guía más por las señales del mercado por ejemplo, Suecia. Y también varía con el tiempo dentro de cada país, como cuencia de cambios en los gobiernos, crisis, etc.

Equilibrio entre mercado y Estado

Los objetivos de estos sistemas son la eficiencia en la producción y la equidad en la distribución de la renta. Cuando el mercado no los consigue, decimos que hay fallos del mercado: desempleo, deterioro ambiental, etc.

También existen fallos del Estado cuando su intervención no mejora los resul-del mercado o los empeora.

La intención de repartir la riqueza de forma justa podría acabar reducíéndola.

El reto de las economías mixtas es, por tanto, reducir ambos tipos de fallos, buscando equilibrio entre el libre mercado y la intervención estatal

Pensamiento Económico y los sistemas económicos

El liberalismo económico

 Adam Smith, fundador del liberalismo económico (La riqueza de las naciones, 1776), describe cómo el mercado y su «mano invisible» resuelven las cuestiones básicas de toda economía: qué, cómo y para quién producir. La «mano invisible», para este autor, no era una extraña criatura de ciencia ficción, sino una forma de describir el «milagroso» funcionamiento de los mercados. Su funcionamiento es sencillo. Si hay muchas personas que demandan un determinado producto, aumentan sus ventas y quizá también su precio. Las empresas, al observar que aumentan las ventas y los precios, tratan de aprovechar la oportunidad produciendo más unidades de ese producto. No hace falta ninguna comunicación directa entre consumidores y empresas; los precios y las ventas actúan como señales (mensajes) que dirigen el mercado, de forma parecida a como lo haría una «mano invisible».

Todo ello ocurre sin que se hayan puesto de acuerdo los que intercambian esos bienes; es decir, es el mercado el que conduce a ese resultado.

El marxismo

Si Adam Smith abogó por el mercado y el capitalismo, Karl Marx (El capitá I,1867) fue su mayor crítico y el gran defensor de la intervención del Estado y de la creación de una sociedad socialista. El marxismo pone en duda la forma en la que el mercado resuelve la cuestión de qué producir. La «mano invisible» destina inmensos recursos al consumo ostentoso, dejando insatisfechas las necesidades básicas de la mayoría de la población. Por esta razón, el Estado debe intervenir y garantizar que toda la población tenga cubiertas sus necesidades básicas: vivienda, alimentación, sanidad y educación. En cuanto a cómo producir, el Estado evitaría elegir los métodos de producción solo en función del coste, y tendría en cuenta valores ecológicos y sociales.

Las teorías keynesianas

 La «mano invisible» de Adam Smith y la «mano visible» del Estado representan dos formas opuestas de tomar las decisiones. John M. Keynes propone utilizar conjuntamente las señales del mercado y las directrices del Estado para resolver los problemas económicos, dando lugar a una economía mixta entre el sistema de economía de mercado y el sistema de economía planificada. Keynes aceptaba las reglas del mercado, pero pensaba que era necesaria la intervención estatal, sobre todo en momentos de crisis económicas. Sus ideas surgen durante la Gran Depresión de 1929. Según Keynes, cuando las expectativas de las empresas son buenas, las inversiones aumentan, la economía crece y se genera empleo. Pero si las expectativas son malas, cae la demanda y las empresas no invierten, lo cual provoca crisis económica y paro.

La corriente neoliberal

El éxito de las ideas keynesianas empezó a cuestionarse con la crisis de la década 2-2 los setenta del Siglo XX, producíéndose una reacción contraria, de vuelta a la confianza en el mercado y de recuperación del liberalismo, conocida como neoliberalismo. Dentro de esta corriente destacan los monetaristas, liderados por Mil-ton Friedman, que critican el excesivo peso del Estado y sus medidas fiscales, y proponen alternativas basadas en la eficiencia económica del mercado y en medidas de tipo monetario. E neoliberalismo considera que la forma de mejorar la economía es fomentar la iniciativa de las empresas privadas y evitar la intervención estatal y el excesivo gasto de los gobiernos. Son los propios individuos quienes deben resolver los problemas sin la ayuda del Estado

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