Renta Nacional, Crecimiento Económico y sus Limitaciones

1.3. La Renta Nacional (RN)

La macromagnitud que nos permite realizar comparaciones internacionales, y por ese motivo la más utilizada, es el PIB. Sin embargo, hay otras que también informan de la evolución económica y, por lo tanto, del bienestar en un país. En concreto, para conocer el valor que queda a disposición de las familias es necesario calcular la Renta Nacional (RN).

La Renta Nacional es la suma de todas las rentas que se pagan a los factores de producción nacionales durante un determinado periodo de tiempo. Para calcular esta renta se parte del PIB a coste de factores, que es la suma de todas las rentas generadas en el país en un tiempo. Después se calcula el Producto Nacional Bruto a coste de factores (PNBcf), que es la suma de la producción de los factores nacionales de un país en un periodo determinado de tiempo. Diferencia entre el PIB y el PNB: el primero incluye toda producción dentro de las fronteras del país, mientras que el producto nacional es la producción de los nacionales, por ello es necesario restar del PIB la producción de los extranjeros dentro del país. Entonces:

– La renta de los factores extranjeros en la nación (rfen) es el valor de la producción de los extranjeros dentro del país.

– La renta de los factores nacionales en el extranjero (rfne) es el valor de producción de los nacionales fuera del país.

PIBcf + rfen + rfne = PNBcf

Una parte del PNB se destina a reponer los bienes de capital que se han depreciado y se deben amortizar para evitar la descapitalización. Por ello, este valor de la producción no se destina a remunerar a los propietarios de los factores, sino que sirve para mantener la capacidad productiva. Así, para calcular con cuánto valor se distribuye a los factores hay que restarle la depreciación (el consumo de capital fijo) al PIBcf, con lo que obtenemos el Producto Nacional Neto (PNNcf) que es la Renta Nacional Neta o Renta.

RN = PNNcf = PNBcf – AMORTIZACIÓN

Finalmente, la Renta Personal Disponible (RPD) es el total de los ingresos que el consumidor puede dedicar al consumo (C) y al ahorro (S). Para calcularla hay que restar de la Renta Nacional todas aquellas partidas que las familias no pueden gastar ni ahorrar y que hasta ahora formaban parte de dicha renta:

– Los impuestos directos que pagan las familias.

– Los beneficios no distribuidos (no se han repartido y las empresas los mantienen en forma de reservas).

– Las cotizaciones sociales (pagos a la Seguridad Social para el sostenimiento del sistema de pensiones, entre otros).

De la misma forma, hay Renta del Estado (subsidios, ayudas, becas, etc.).

RPD = RN + transferencias netas – impuestos directos – cotización social – beneficios no distribuidos = C + S

Si se divide la RPD entre el número de habitantes, se obtiene la renta por habitante o renta per cápita, que es uno de los indicadores fundamentales para poder comparar el nivel de vida medio entre dos o más países.

Renta per cápita = Renta Personal Disponible / Número de habitantes

2. Limitaciones del PIB

El PIB per cápita se calcula como la relación por cociente entre el PIB total y el número de habitantes de un país. Esta variable flujo se utiliza como:

– Indicador de la eficiencia productiva del país: a mayor producción por habitante, mayor es la productividad de los mismos. Por lo tanto, también es un indicador del nivel competitivo del país.

– Indicador del bienestar del país: cuanto mayor sea la producción que corresponde por término medio a cada habitante, mayor será el nivel de necesidades satisfechas y de bienes. Sin embargo, hay que tener en cuenta sus limitaciones como indicador de bienestar económico:

a) No contabiliza todos los bienes y servicios finales, con lo que subestima el PIB real. Como se ha visto, la economía sumergida, los bienes y servicios ilegales (en donde no se contabilizan) y los que no se adquieren en un mercado (como el trabajo doméstico) no se recogen en la cifra de PIB.

b) No refleja las desigualdades económicas, por lo que dos países pueden tener cifras similares de PIB per cápita, pero presentar grandes diferencias de la riqueza. Así, el bienestar será mayor en el país donde las desigualdades son menores.

c) Incluye el valor de los bienes y servicios cuya producción no supone un incremento del bienestar sino una forma de reducir un perjuicio: los gastos en policía y en el ejército o las medidas anticontaminación y, en general, todos los gastos derivados de la existencia de externalidades negativas.

d) No indica la calidad de los bienes y servicios producidos. Por ejemplo, dos países pueden tener cifras de crecimiento del PIB por habitante parecidas, pero en uno puede deberse a la inversión en tecnologías y, en el otro, a una expansión de algún sector no sostenible en el tiempo (como un boom inmobiliario o la explotación de recursos no renovables como el petróleo). Evidentemente, el primer caso es más favorable que el segundo para el mantenimiento del bienestar futuro. Por ello se han propuesto otros indicadores del bienestar económico. Entre ellos, el más difundido es el Índice de Desarrollo Humano (IDH) que publica la ONU anualmente dentro de su Informe sobre Desarrollo Humano. Este índice promedia la longevidad (medida con la esperanza media de vida al nacer), la formación (mediante los años promedio esperados de escolarización) y la renta de las economías mundiales (utilizando el PIB per cápita ajustado a la paridad de poder adquisitivo o de compra, PPC).

3. El crecimiento y sus características

El crecimiento económico es el aumento de la producción real por habitante sostenido en un largo período de tiempo. La tasa de crecimiento económico es la tasa de crecimiento del Producto Interior Bruto real per cápita.

Tasa de crecimiento = (PIB real pc final – PIB real pc inicial) / PIB real pc inicial = (PIB real pc final / PIB real pc inicial) – 1

En la definición de crecimiento hay que tener en cuenta que:

– Es una variable flujo: para definirla se debe indicar el período de tiempo.

– Es una variable cuantitativa: el crecimiento económico no es desarrollo económico, que hace referencia a mejoras cualitativas en el nivel de vida, como mayor justicia social, libertad política, nivel educativo y oportunidades. Pero ambos conceptos están interrelacionados, puesto que el crecimiento económico incentiva el desarrollo político-social y este favorece a aquel.

– Un aumento de la tasa de crecimiento del PIB no significa que se haya producido crecimiento económico, que requiere que este aumento sea sostenido en el tiempo: es el crecimiento potencial de la economía o en el largo plazo. En el caso de un aumento de la tasa en el corto plazo se habla de expansión económica. Si el porcentaje de crecimiento de PIB de una economía es negativo durante más de dos trimestres consecutivos, se produce una recesión. Si la recesión se prolonga durante mucho tiempo, se llama depresión. Estas fases denominan ciclos económicos, y se analizan en el tema siguiente.

– Se considera que el crecimiento económico es positivo porque permite incrementar el consumo, reduce el desempleo, produce mayor recaudación impositiva (que puede reducir las diferencias entre ricos y pobres) y facilita la innovación tecnológica por la expectativa de rendimientos positivos de las inversiones.

4. Los límites del crecimiento

Hasta ahora se ha contemplado el crecimiento económico como un objetivo de la política económica porque es beneficioso para la sociedad. Sin embargo, el crecimiento no está exento de inconvenientes. Entre ellos se encuentran los siguientes:

– Para crecer es necesario invertir y, por lo tanto, aumentar el ahorro, lo que se traduce en renunciar al consumo actual para incrementar el consumo futuro. En consecuencia, hay un coste de oportunidad y una transferencia de renta de la generación actual a la del futuro. Este es uno de los motivos por los que los países pobres tienen muchas más dificultades para implementar políticas de crecimiento.

– Se producen redistribuciones de renta entre los que se lucran del crecimiento y aquellos que no logran beneficiarse del aumento de la producción: hay ganadores, pero también perdedores, especialmente aquellos cuya cualificación no se adapta a los nuevos requerimientos del sistema productivo.

– Una mayor producción supone una mayor contaminación y agotamiento de los recursos. Los problemas medioambientales del crecimiento constituyen su principal inconveniente, entre los que se encuentran el calentamiento global (por la concentración de gases con efecto invernadero) y la pérdida de biodiversidad y la desaparición de especies, la lluvia ácida, la contaminación tanto acústica como del suelo, del agua y del aire. Por ello, el crecimiento económico debe ir acompañado de un desarrollo sostenible, que tenga en cuenta el impacto medioambiental y promueva la eficiencia en el uso de los recursos, el reciclaje y la protección del medio ambiente.

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