Estrategias de Crecimiento Empresarial: Interno y Externo
Crecimiento Interno: Expansión desde la Base
El crecimiento empresarial es un objetivo fundamental y un indicador clave del éxito de cualquier organización. Las empresas pueden expandirse de dos maneras principales: de forma interna o de forma externa.
El crecimiento interno se fundamenta en la realización de inversiones productivas dentro de la propia empresa, lo que resulta en un aumento de su capacidad productiva. Dentro de esta estrategia, se distinguen varias modalidades:
- Penetración en el mercado: Consiste en aumentar las ventas de la empresa en su mercado actual con los productos existentes. Por ejemplo, si una empresa vende televisores en España y ofrece una TV pequeña de regalo por cada compra de un televisor nuevo, está aplicando esta estrategia.
- Desarrollo de productos: Implica ofrecer productos mejorados o nuevos en los mercados donde la empresa ya está presente. Un ejemplo sería vender televisores con pantalla curva cuando antes solo se ofrecían pantallas planas.
- Desarrollo de mercados: Se trata de introducir los productos actuales de la empresa en mercados nuevos. Por ejemplo, vender televisores en China, un mercado donde la empresa no tenía presencia anteriormente.
- Diversificación: Consiste en vender productos o servicios muy diferentes a la actividad principal de la empresa. Por ejemplo, una empresa de electrónica que decide montar una cadena de restaurantes.
Tipos de Estrategias de Diversificación
Cuando una empresa busca crecer a partir de nuevos mercados y/o productos novedosos, puede optar por diferentes tipos de diversificación:
- Diversificación vertical: Es la decisión de la empresa de llevar a cabo etapas productivas que preceden (hacia atrás) o suceden (hacia adelante) a sus actividades originales.
- Hacia atrás: Una empresa de bebidas que empieza a producir sus propios envases de cristal. Esta estrategia busca aumentar el control sobre los proveedores.
- Hacia adelante: Una empresa que fabrica calzado y decide abrir sus propias tiendas para vender directamente al consumidor.
- Diversificación horizontal: Implica añadir nuevos productos o servicios que no tienen una relación directa con las actividades principales de la empresa, pero que pueden ser sustitutivos o complementarios. Por ejemplo, una marca como Samsung que produce televisores, ordenadores, radios, tabletas, etc.
El crecimiento es una tendencia natural en el ámbito empresarial. Generalmente, las empresas buscan crecer para producir con menores costes (gracias a las economías de escala), pero también existen otros motivos importantes, como la eliminación de competidores, la seguridad en el abastecimiento de recursos o el incremento de los beneficios.
Crecimiento Externo: Alianzas y Adquisiciones Estratégicas
El crecimiento externo se refiere a la adquisición, el control, la fusión de empresas ya existentes o la cooperación con otras organizaciones para acceder a nuevos mercados. Este tipo de crecimiento puede adoptar diversas formas, siendo las más relevantes:
- Fusión: Es la unión de dos o más empresas que disuelven sus sociedades originales para traspasar sus patrimonios a una nueva sociedad, creando una entidad única. Un ejemplo clásico es la fusión de BBV y Argentaria, que dio origen a BBVA, o la de Iberia y British Airways, que formaron IAG (International Airlines Group).
- Absorción: Se produce cuando una empresa adquiere a otra, resultando en la desaparición de la empresa absorbida y la permanencia de la empresa principal, que asume el liderazgo e integra el patrimonio de la adquirida. Un caso conocido es la absorción de Caixa Girona por La Caixa, o la de Banesto por el Banco Santander.
- Participación: Consiste en la compra de una parte de las acciones de otra empresa con el objetivo de influir en su gestión o estrategia, sin llegar a un control total. Es común ver cómo grandes bancos participan en diversas sociedades.
- Cooperación: Implica un acuerdo entre distintas empresas para unir esfuerzos y aprovechar ventajas conjuntas, sin perder su identidad individual. Las franquicias son una forma muy extendida y relevante de cooperación, donde una empresa (franquiciador) cede a otra (franquiciado) el derecho a explotar un modelo de negocio probado a cambio de ciertas contraprestaciones.
- Joint Venture: Dos o más empresas lanzan un proyecto empresarial conjunto, manteniendo su identidad individual. Buscan evitar la competencia directa y sumar experiencias y conocimientos complementarios en un nuevo producto o mercado. Un ejemplo es la colaboración entre Nestlé (conocimientos de té) y Coca-Cola (conocimientos de refrescos) para crear Nestea.
- UTE (Unión Temporal de Empresas): Es una forma de cooperación transitoria, específica del sector de la construcción, donde varias empresas se unen para llevar a cabo un proyecto determinado.
- Clúster: Se refiere a una concentración geográfica de empresas, instituciones y universidades que comparten un interés común en un sector económico específico, fomentando la colaboración y la innovación.
- Trust: Un conjunto de empresas que, aunque formalmente independientes, forman parte de diferentes fases de un proceso de producción y buscan reducir costes y dominar el mercado a través de una dirección unificada.
- Cártel: Un grupo de empresas del mismo sector productivo que dominan el mercado y se ponen de acuerdo en cuanto a precios y estrategias de venta para limitar la competencia.
- Holdings: Una forma de organización empresarial en la que una compañía (la sociedad holding) adquiere las acciones o participaciones de otras empresas, pasando a controlarlas.
A diferencia del crecimiento interno, el crecimiento externo se basa en la aportación de recursos o la integración de entidades ajenas a la estructura original de la empresa.
Funciones Esenciales de la Dirección Empresarial
La administración, ejercida por los gerentes y directivos de una empresa, abarca un conjunto de funciones clave diseñadas para alcanzar los objetivos establecidos. Estas funciones se clasifican en cuatro grupos principales: planificación, organización, gestión o dirección, y control de las actividades de los miembros de la empresa.
Fases del Proceso Administrativo
El proceso administrativo se divide en dos fases interconectadas:
- Fase Mecánica (Estructural): Es la parte teórica de la administración, donde se define «qué» y «cómo» se debe hacer.
- Planificación: Se establece qué se va a hacer, fijando objetivos y estrategias.
- Organización: Se determina cómo se va a hacer, diseñando la estructura y asignando responsabilidades.
- Fase Dinámica (Operativa): Se refiere a la puesta en práctica de lo planificado y organizado.
- Gestión o Dirección: Consiste en determinar con qué y de qué manera se va a realizar el trabajo, liderando al personal.
- Control: Se verifica cómo se ha realizado el trabajo, comparando los resultados con los objetivos.
La Función de Planificación
La planificación es el proceso de fijar objetivos, establecer estrategias para alcanzarlos, definir las políticas de la empresa y determinar los criterios de decisión, siempre con el propósito de lograr los fines empresariales. Para una planificación efectiva, se deben seguir los siguientes pasos:
- Análisis de la situación de partida: Estudiar la situación actual de la empresa y su entorno (análisis DAFO, por ejemplo).
- Definición de objetivos y alternativas: Establecer metas claras y explorar diferentes caminos para lograrlas.
- Evaluación y selección: Analizar los puntos fuertes y débiles de cada alternativa y elegir la que mejor se adapte a las necesidades y recursos de la empresa.
- Control y seguimiento: Monitorear el progreso y determinar las desviaciones para realizar ajustes.
Al establecer objetivos, es crucial considerar tres aspectos:
- Deben ser realistas y alcanzables.
- Se deben establecer prioridades entre los diferentes objetivos y subobjetivos.
- Es importante valorar el coste de oportunidad que implica una elección frente a la mejor alternativa descartada.
La Función de Organización
La organización tiene como finalidad diseñar una estructura en la que queden definidas todas las tareas que debe realizar cada persona, así como su responsabilidad y autoridad. Su objetivo es ordenar el conjunto de relaciones que puedan surgir entre las diversas tareas y entre las áreas de funcionamiento de la empresa. Para un sistema de organización eficaz, se deben considerar los siguientes aspectos:
- Determinar quién controla y ejecuta las tareas.
- Las funciones y objetivos asignados a cada nivel deben ser claros y concretos.
- Cada persona debe saber qué tiene que hacer y a quién debe reportar.
- Se deben establecer vías de comunicación fluidas en todos los sentidos.
Tipos de Comunicación en la Organización
La comunicación es un pilar fundamental para el buen funcionamiento de la organización. Existen varios tipos:
- Comunicación vertical:
- Ascendente: Se origina en los empleados y asciende hacia los directivos (ej. informes, sugerencias).
- Descendente: Se origina en los directivos y fluye hacia los trabajadores (ej. instrucciones, políticas).
- Comunicación horizontal: Se produce entre personas que se encuentran en el mismo nivel jerárquico (ej. coordinación entre departamentos).
La Función de Gestión o Dirección
La gestión o dirección consiste en motivar y guiar a las personas que forman la empresa para que realicen las tareas necesarias y logren los objetivos marcados. Existen varios niveles de dirección, cada uno con responsabilidades distintas:
- Alta Dirección: Ubicada en la cúspide de la pirámide, incluye a los altos cargos de la empresa. Se encarga de la planificación estratégica a largo plazo y de la visión global.
- Directivos de Nivel Intermedio: Se sitúan en el segundo nivel. Son responsables de la ejecución y control de la planificación general, y desarrollan planes más concretos para sus áreas.
- Nivel de Gestión o Supervisión (Nivel más bajo): Aquí se encuentran los directivos con responsabilidad directa sobre la ejecución de los planes. Son quienes asignan las tareas a los trabajadores y supervisan su cumplimiento.
En el nivel de gestión, el directivo tiene funciones clave como:
- Elegir las tareas que se han de realizar.
- Transmitir dichas tareas a los trabajadores a su cargo.
- Dar instrucciones claras para que las tareas se realicen con métodos y procedimientos correctos.
- Crear un ambiente de trabajo favorable que motive a los trabajadores.
La Función de Control
Finalmente, la función de control consiste en verificar que todo se desarrolle según lo previsto en la planificación, tanto en los objetivos generales (establecidos por la alta dirección) como en los subobjetivos más concretos (definidos en los niveles de gestión). Para un control efectivo, es necesario:
- Recopilar la información sobre lo planificado, organizado y gestionado.
- Comparar los resultados obtenidos con los estándares y objetivos marcados.
- En caso de desviaciones, analizar los motivos y aplicar las correcciones necesarias. Las desviaciones pueden deberse a una ejecución deficiente de los planes o a que los planes originales no eran adecuados o los objetivos eran inalcanzables.
Técnicas de Control
Existen diversas técnicas para llevar a cabo la función de control:
- Auditoría: Verifica la planificación en relación con la contabilidad, la rentabilidad de los recursos o la gestión global de la empresa, ofreciendo recomendaciones para la mejora.
- Control del presupuesto: Asegura que las proyecciones numéricas de la planificación se cumplan, monitoreando ingresos y gastos.
- Estadística: Permite analizar datos históricos de un problema, extraer conclusiones y realizar pronósticos para futuras decisiones.